viernes, 26 de diciembre de 2014

"María" y "El alférez real". Adaptaciones de Julio César Londoño. Libros completos. Diciembre 25, 2014

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En su 2a. etapa, provisional, publican y difunden 
NTC … Nos Topamos Con 

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VIENE DE: 

16 de diciembre de 2014

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"María" y "El alférez real"

Adaptaciones de Julio César Londoño 

Libros completos en internet 
subidos por NTC ... 

Diciembre 25, 2014 

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Libro completo
en cuatro formatos





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LOS PDF de CADA LIBRO 
SE TOMARON DE:  




http://bit.ly/1zYEBIJ


Información asociada (PDFs)
1.    Anexo ALFEREZ

‘El Alférez Real’ y ‘La María’, dos obras cumbres de la literatura colombiana y vallecaucana de los siglos XVIII y XIX, hoy pueden ser leídas por los niños y jóvenes en un lenguaje más contemporáneo, tras la adaptación realizada por el escritor Julio Cesar Londoño, según encargo de la Secretaría de Cultura y Turismo de Cali.

“Esta idea del alcalde, Rodrigo Guerrero Velasco, es presentar a las nuevas generaciones, dos textos actualizados en Pdf; para que en tres o cuatro horas en promedio; puedan leer estos clásicos de nuestra literatura, en un español ajustado al mundo de hoy”, indicó Londoño;  quien aclaró que la edición llega a un 40 % de modificaciones, abreviando el relato, retirando repeticiones y agregando ganchos de tensión, generando mayor expectativa entre los lectores.

Agregó que adelantar una actualización del lenguaje de la obra María de Jorge Isaac’s, fue un reto profesional bastante grande, ya que esta fue escrita a mediados del siglo XIX, en una prosa delicada y purista, que le llevaron a ser catalogada, como la mejor obra romántica de este periodo en América Latina.

Entre tanto sobre ‘El Alférez Real’, de Eustaquio Palacios, manifestó que es un texto en un lenguaje más sencillo y menos elaborado, que reúne algunas características propias de la crónica, con elementos históricos que permiten conocer aspectos de la sociedad caleña de ese entonces.

Información: 885 88 52  ext. 102 , 312 829 50 20
Fecha de publicación: 25/12/2014
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En el FACEBOOK de LA SCTdeC:


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DEBATE. CONTINUACIÓN
APORTES y MENSAJES
VIENE DE: 

16 de diciembre de 2014

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De: Yves MONINO  ymonino@orange.fr

Fecha: París, 27 de diciembre de 2014, 5:49

Asunto: Texto sobre las adaptaciones

Para: NTC ntcgra@gmail.com, Rodrigo Escobar-Holguín . Cc: Fabio Martínez 
Queridos Gabriel, Rodrigo y Fabio,

¡por fin llegaron las adaptaciones de María y del Alférez! Mil gracias por compartirlas. Las bajé y la lectura de María (Adap.) me confirma mis primeras impresiones. La adaptación me parece excelente.

Como lo prometí a Gabriel y Rodrigo en mi correo del 18 de diciembre*, les comparto un comentario más argumentado que mis breves notas anteriores. Verán que incluí un extracto del Quijote de 1605 en caracteres de la época, con una divina fuente que encontré en la red, llamada "1550". Si NTC … la necesita para pasar mi texto al blog, la adjunto con las instrucciones de uso (en qué teclas se encuentran las letras y grupos de letras ahora en desuso). En todo caso les mando mi texto completo en dos formatos, doc (lo presentamos más adelante) y pdf.  https://drive.google.com/file/d/0B-ABjQmYGMXbd0MyZDkyRFI3OWc/view

Con un gran abrazo a todos, Yves

 * PD. Por si las moscas (adaptadas y modernizadas), les copio mi e-mail del 18:

Pues sí, amigos, estoy en París pero tengo don de ubicuidad, gracias a los videos de María Isabel Casas difundidos por esta maravilla de NTC … : pude asistir al lanzamiento por JCL y Alberto Rodríguez, donde escuché con atención sus argumentos y los extractos que se leyeron comparándolos con el original de María. Lo que me permitió, sin conocer la totalidad de los libros "intervenidos", ejercer el nuevo género de la precrítica, totalmente favorable en mi caso a las intervenciones sobre obras clásicas. Me entristece el fetichismo que la mayoría de los contradictores oponen a algo que se ha hecho desde que la escritura existe, o sea desde los tiempos de Ur y de Gilgamesh. Y me alegra que Rodrigo evoque Las Meninas de Picasso, que lejos de anular las de Velázquez, les dió una segunda juventud. Estoy preparando un argumentario más profundizado que estas breves notas y las que ya mandé anteriormente; se las envío dentro de unos días.

Un gran abrazo a todos, a los intervencionistas y a los fetichistas, y otro gigante a Gabriel y María Isabel gracias a quienes surgió este interesante debate,

Yves
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De obras originales y modernizadas: 
entre fetichismo y respeto al autor

¿Creen leer el Quijote en una fiel reproducción del original, por ejemplo en esta edición erudita de 1947? Pues en rojo, las diferencias con la primera edición de 1605:
Don Quijote, edición del IV Centenario, Madrid, Ediciones Castilla, 1947.

EN un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que via un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, ron flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los bados, lentejas los viernes y algún palomino de añadidura los domingos, consumian las tres partes de su hacienda. El resto della concluían, sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo…

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¡Mutilado, Cervantes! ¡Qué irrespeto con el autor muerto que no se puede defender! Modernizaron la ortografía: trueque de bellas efes por eses fofas, de la divina ç por necias zetas y de zetas gloriosas por ces aburridas, de úes por uves y vice versa, de ã por el inodoro an; y añadido de tildes sin gracia a vocales que no los pedían. Sobre todo, se atrevieron los modernizadores a cambiar el ritmo y palabras cervantinos, remplazando dos puntos por coma y coma por ‘y’, sirviendo lentejas donde había lantejas y desacralizando los días de la semana quitándoles las mayúsculas. ¡Vandalismo! ¡Saqueo! ¡Violación! ¡Espanto! ¡Desolación! ¡Acto de desprecio al lector considerado como un tonto! ¡Negación del misterio divino que uno experimenta leyendo palabras y letras extrañas y por eso llenas de esa poesía que te lleva directo al éxtasis religioso!

Queridos contradictores de JCL y de Pérez Reverte, entiendo sus quejas de letrados y académicos frente a la vulgarización de obras clásicas. Yo también soy un académico letrado formado en la vieja Sorbona y dediqué mi vida al estudio de lenguas de África y del palenquero de Colombia, lo que no me impide amar las obras literarias originales y las viejas ediciones. Crecí en un ambiente familiar privilegiado: mi madre francesa era librera y me pasaba los días de descanso escolar en un rincón de su librería leyendo todo lo que me caía ante los ojos. A los nueve años, después de una operación de un ojo fijo, pasé quince días en el hospital con los ojos vendados y mi tía española, quien difundía en la España franquista libros prohibidos por la dictadura, me leyó el Quijote en esta misma edición de 1947 que acabo de mencionar: como William Ospina con La Odisea, guardo de ello un recuerdo encantado (aunque a diferencia de él, preguntaba a mi tía qué significaban las palabras que no entendía). Queridos contradictores, hablan como si todos los hombres y las mujeres del mundo fuéramos ese Hombre ideal de la Declaración de 1789 que Marx reducía con razón al hombre burgués. No nacemos iguales en este mundo: ustedes, Londoño y yo vinimos con algo de capital cultural, como dice el sociólogo Pierre Bourdieu, distinto al capital económico y al capital social (la red de relaciones de los padres). Poca gente tiene la suerte de compartir un gran capital cultural y la escuela está muy lejos de compensar las desigualdades familiares al respecto.

Como no sé cuantos lectores hay en Colombia, me referiré a los de Francia a partir de los datos proporcionados por el INSEE, nuestro Instituto nacional de estadísticas (Ver anexo al final). Y no vayan a imaginar que el pueblo francés es más culto que el colombiano, eso no es nada cierto.

 En 1981, 42 % de los franceses de más de 16 años leían más de cinco libros al año, en el 2012 ya no eran sino 31 %. Los lectores medianos (de 6 a 24 libros) pasaron de 28% a 25%. Los grandes lectores (más de 2 libros al mes) son estables: 6% del conjunto en el período considerado.

La categoría socioprofesional, el nivel de instrucción, la generación y el sexo influyen en el perfil de los lectores. En 2012, los que no leen ningún libro en el año (43% de los franceses) pertenecen a las clases modestas (48 % de los obreros y 44% de los campesinos son no lectores) y no tienen diplomas (54 % de los no diplomados no leen libros). Al contrario, los grandes lectores están sobre- representados en las clases acomodadas (20%) y en los diplomados de la enseñanza superior (17 %).

 En cuanto al sexo, los hombres leen muchísimo menos que las mujeres: son 55% en no leer libros, frente a 33% de mujeres. Unos podría pensar que las amas de casa leen más, pero la diferencia no está ligada al hecho de que las mujer trabaje o no al exterior, pues el porcentaje de mujeres no lectoras es el mismo en los dos casos. Por fin, los jóvenes de 16 a 24 años leen más libros en el año que el conjunto de los franceses, lo que se explica por la obligatoriedad de lecturas de obras clásicas en el ámbito escolar: los jóvenes que leen entre uno y 11 libros son más que el promedio nacional, pero los lectores de un libro y más por mes es inferior a este promedio.

Tres encuestas profundizadas realizadas en 1993, 2006 y 2008 sobre las prácticas de lectura de los adolescentes completan este cuadro. Frente a las dos actividades emblemáticas de los jóvenes, el internet y la escucha de música, la lectura y la televisión (connotada como práctica infantil) han perdido mucho terreno en este período de quince años y no cabe duda de que las próximas encuestas mostrarán una aceleración de estas tendencias, con la generalización de los celulares inteligentes, tabletas y otros i-phones. La lectura de libros, de tebeos y comics y de revistas se desmoronan progresivamente: 33% de los adolescentes declaraban leer un texto durante el fin de semana, 30% en 2006, 14% en 2008. Tenían que citar el último libro leído; dominaban en 1993 obras clásicas o novelas bien escritas para adolescentes: Germinal de Zola, Diez negritos de Agatha Christie, La gloria de mi padre de Marcel Pagnol, El Gran Meaulnes de Alain-Fournier, El Horla de Maupassant, Una bolsa de canicas de Joffo, Colmillo Blanco de Jack London. El mismo año, los jóvenes de 17 años premiaban en este orden Cándido de Voltaire, El extranjero de Camus, Germinal, Rojo y Negro, La peste, Madame Bovary y Las flores del mal. El contraste es impactante con 2008, que premia sobre todo series de heroic fantasy, en este orden: Harry Potter, Da Vinci Code, « la literatura clásica » citada como tal, Eragon de Paolini, Gossip girl (Chica indiscreta), El perfume de Süskind, El extranjero, que sobrenada con valientía, Ensemble, c’est tout de Anna Gavalda, adaptado al cine en 2004, Eclipse de Stephenie Meyer (tercer tomo de una saga), Les chevaliers d’Émeraude (otra saga de Anne Robillard), Mary Higgins Clark (autora de novelas de misterio). Entusiasmo por la heroic fantasy, literatura clásica citada como género global donde los títulos no valen, son las características de estos nuevos lectores. Los libros ya no son los de la herencia patrimonial, bien sea por un debilitamiento de los clásicos demasiado ligados a las obligaciones escolares, bien sea por debilitamiento de la presión simbólica que conducía, frente a un cuestionario, a citarlos, aun cuando la consigna estipulaba de no hacerlo si el libro había sido leído en el marco escolar. Los dos fenómenos se combinan sin duda: la ideología dominante es la religión de la eficacia tecnocrática, donde la literatura no sirve para nada. La evolución de los gobernantes, tanto en Colombia como en Francia, también es impactante: De Gaulle, Pompidou y Mitterrand eran cultos, escribían con estilo, Chirac bastante menos, Sarkozy se vanagloria de su incultura y Hollande, el “presidente normal”, afecta ser menos intelectual de lo que es, que no es mucho.

Las cifras de ventas de libros son también elocuentes y confirman las declaraciones registradas por los cuestionarios sociológicos. Por ejemplo, el tiraje promedio de un libro era en 1998 de 8403 ejemplares por título, 8151 en 2006, 7937 en 2010, 7630 en 2011 y 7282 en 2012. http://www.culturecommunication.gouv.fr/Politiques-ministerielles/Livre-et-Lecture/Documentation/Chiffres-et-statistiques).

Si seguimos así ( 1 ), las obras de la literatura clásica en su jugo original, desde Homero hasta Tolstoi e Isaacs, pronto serán relegadas a un 5% de aficionados extravagantes, a unos pocos universitarios tan especializados como los conocedores del latín o del griego antiguo, en el mejor de los casos a una materia escolar aguantada con tanto respeto como aburrimiento por legiones de adolescentes geek de clase media o modesta. Si queremos contraarrestar esa tendencias mundiales, la vulgarización es una de las soluciones de considerar, con otra reacción que la de una señorita de 1850 indignada por una palabra gorda. No hay Lector Universal, hay lectores y muchos más no lectores. Si 10% de los adolescentes que no leen entran en una María modernizada que acerca el romanticismo del xix a sus sentires del xxi, puede ser que les dé el gusto de los clásicos y que dejen de considerarlos como una tarea aburrida sino como un eco interior que amplía y enriquece sus vivencias. No lo sé, la experiencia no ha empezado, pero lo que sí sé es que si no intentamos algo, esos adolescentes nunca leerán nada. Y no por ser tontos, que no lo son, sino inhibidos por el prestigio de clase que la vieja burguesía otorga a su cultura clásica, o ahora deshinibidos por el desprecio de la misma por parte de la nueva burguesía tecnócrata. Combatir la desigualdad de capital cultural entre nosotros no se hará invocando el respeto al autor muerto ni gritando al asesinato. Las obras originales no son anuladas por las modernizaciones, ahí siguen a disposición del cualquier lector. No son anuladas, como tampoco, lo señala con razón Rodrigo Escobar Holguín, “la Meninas” de Velázquez lo son por las de Picasso.



( 1 ) Mi amigo Fabio Martínez cita a Zuleta, para quien la lectura es un elogio de la dificultad, lo que me parece un tanto elitista. Según Zuleta, en el mundo de la ciencia, el arte y la literatura “no hay lecturas fáciles, sino lectores fáciles”. Querido Fabio, te confieso que para entender algo a la mecánica cuántica, no he leído a Schrödinger ni los escritos teóricos de Einstein, sino a los vulgarizadores Ortoli y Pharabold (El cántico de la cuántica). Para comprender algo de matemáticas, no recurrí a los escritos abstrusos para mí de Gödel ni del genial colectivo Bourbaki, sino a los libros muy divertidos del matemático Raymond Smullyan, quien me hizo entender el enfoque matemático, lo que once años de problemas escolares infligidos como recetas de cocina no habían logrado. En ciencias duras, prefiero ser un lector fácil a un no lector.
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Ligerezas

Irreflexiones. Por Oscar Lopez Pulecio

Oscar Lopez Pulecio


Con el patrocinio de la Academia Española de la Lengua, nada menos, el escritor Arturo Pérez-Reverte acaba de presentar en Madrid su versión aligerada de Don Quijote de la Mancha, originalmente publicado en 1605. La buena intención de esa iniciativa es llegar con la historia del Ingenioso Hidalgo a un público juvenil, para el cual la prosa cervantina es incomprensible y las múltiples historias que se entrelazan en las dos partes del famoso y extenso mamotreto, un laberinto. O sea, un crimen de lesa majestad literaria que se comete, como tantos otros, a nombre de la pedagogía. Lo que buscó Pérez-Reverte fue “aligerar el texto sin alterar su esencia”. Librarlo de polvo y paja, como si no fuera precisamente eso en su integridad: una historia fantástica y desordenada producto de la inventiva de un creador literario de primer orden.

Con Don Quijote se han tejido toda clase de teorías sobre su naturaleza, su significación histórica, su representación icónica de lo español, su carácter universal, su permanencia en el tiempo, la historia trágica de su autor. En fin, es uno de los libros que más libros ha producido sobre sí mismo, sin contar con versiones infantiles, juveniles, explicativas, películas, dibujos animados, tiras cómicas, hechas en aras de popularizar la saga y sobre todo, de ponerla fuera del patrimonio de los académicos y cerca al gran público. Todo ello santo y bueno, pues puede inducir quizás la curiosidad del lector para saborear en sus palabras originales, con sus aventuras originales, la gran obra maestra, ininteligible, enrevesada, tortuosa, pero fresca y divertida como hace cuatrocientos años. Pero Don Quijote escrito por Pérez-Reverte, no es Don Quijote.

Y entre nosotros, con el patrocinio de la Secretaría de Cultura de Cali, las mismas buenas intenciones (que como se sabe pavimentan el camino del infierno) y exactamente los mismos propósitos pedagógicos, Julio César Londoño, acaba de hacer lo propio con María de Jorge Isaacs, publicado en 1867. María ha sido también fuente de numerosos estudios académicos y debates que van desde la existencia real del personaje, hasta la glorificación del paternalismo esclavista en el aislamiento de El Paraíso del contexto de guerras civiles de la época; existen sobre el libro versiones digitales, impresas, completas, simplificadas, resúmenes, películas e historietas. No es un libro extenso, su esencia romántica se expresa tanto en la historia de Efraín y María como en la prosa; sus 55 capítulos son muy breves, es fácil de leer puesto que la manera de escribir y la ortografía española no han cambiado mucho en siglo y medio, y aun la versión original viene con un anexo para explicar los giros idiomáticos vallecaucanos. Entonces, ¿para qué aligerarla?

El tío Baltasar, admirador de la prosa de Londoño, que no es ligera sino erudita sin mayores concesiones al lector, piensa que la polémica desatada alrededor de sus textos, que aún no se conocen, no es tanto porque Londoño haya hecho ese trabajo pedagógico, que incluye al Alférez Real de Eustaquio Palacios, sino que haya incurrido en la ligereza, un poquito imperdonable, de decir que les ha enmendado la plana a Isaacs y a Palacios, mejorando (¿modernizando?) su estilo, “aligerando el texto sin alterar su esencia” como hizo Pérez-Reverte con Don Quijote. Sólo que María, escrita por Julio César Londoño, no es María.

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martes, 16 de diciembre de 2014

"María" y "El alférez real". Adaptaciones por Julio César Londoño. DEBATE. NTC ... compilación. Continuación ...

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DEBATE, NTC ... compilación
VIENE DE: 

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SI VES A UN AMIGO CON UN CINCEL EN LA MANO

Por: Alejandro José López 
Regálale un buen bloque de mármol: quizá su impulso creativo tenga los mejores propósitos. Y si de hecho le reconoces talento, tu regalo bien podría traer la recompensa de una obra notable. Sin embargo, no permitas que se acerque con sus manos ahítas de buenas intenciones a La Pietà  del Vaticano, ni que ingrese a la Galería de la Academia de Florencia con ganas de mejorar el David. Recuérdale, aunque se resista, que había mucho arte en el modo antiguo de esculpir. Cierto: ya no se usa la congoja, pero hay en la tristeza de aquella María un halo de magia que ha logrado conmovernos durante varios siglos; y aunque el cuello de aquel muchacho hermoso revele una fortaleza inverosímil, tan lejana de las cobardías que hoy pululan, hace más de quinientos años que nos regocijamos con la valentía de ese pequeño gigante.
Él te repondrá que los trasvases gozan de una milenaria tradición, que muchas veces los artistas se inspiraron en obras previas y que, al emular a grandes creadores del pasado, ellos mismos han conseguido enaltecer el arte con renovadores hallazgos y espléndidas mixturas. Habrás de concederle que en este punto la razón está de su lado. Sin embargo, dile que no olvide algunos detalles importantes: cada artista ha modelado su propio material, cada artista ha recobrado algunas ideas anteriores para dialogar con ellas y enriquecerlas o rebatirlas. O enriquecerlas rebatiéndolas. Pero habrás de insistirle en la diametral diferencia que existe entre realizar un pastiche y emborronar un original. En el primer caso hay un homenaje manifiesto; en el segundo, una implícita subestimación, de la obra o de su público.
Te dirá que aún queda el albur de la traducción. Y es verdad: la historia nos ha mostrado que puede haber un inmenso mérito artístico al trasladar el contenido de una gran obra de un sistema a otro, de un idioma a otro. Con todo y las imprecisiones que tal empresa comporta, la humanidad ha agradecido siempre a quienes procuran tender puentes entre culturas y naciones. Esta ardua migración a través de lenguas distintas justifica plenamente la intervención de un original e incluso nos predispone a celebrarla. Sin embargo, no abundan los motivos de buen recibo para legitimar la intromisión de un extraño en una obra que el tiempo ha fijado en la memoria de todos. Si el crítico genetista procede a una corrección puntual, escoge entre las versiones originales del propio autor, justifica minuciosamente su decisión, se rige por la consideración que la obra clásica amerita.

Seguramente la reacción de tu amigo será impugnarte con énfasis denodado: las obras pueden intervenirse de muchos otros modos y a fe que así se ha hecho a lo largo de los siglos. Y es cierto; pero, aclárale, esos otros modos poco o nada tienen que ver con el arte. Ahí está el caso de Laszlo Toth, el australiano que martilló quince veces sobre la La Pietà gritando que era el mesías. No fue difícil reducir al orate; sin embargo, costó muchísimo restaurar aquella obra maestra. Tú insístele hasta donde puedas. Pero si tu amigo se niega a oír razones y rechaza tu regalo, si su presunción lo lleva a ratificarse en el propósito de cincelar las obras ajenas, hazte simplemente a un lado. Deja que el pequeño David se ocupe, deja que le descargue encima lenta y contundentemente sus 5.572 kilos de historia. Se lo habrá buscado.
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El 'arte' de decapitar obras clásicas
Por Fabio Martínez
Fabio Martínez
Las editoriales y los escritores que participan de esta práctica infame afirman que lo hacen para 'facilitarle la obra al lector'.
El TIEMPO .com , 4:38 p.m. , 16 de diciembre de 2014

La idea de decapitar una obra clásica no es nueva, y ha sido objeto de agudas polémicas de los escritores y académicos que se oponen con razón a este tipo de “asesinato literario”.

Las editoriales y los escritores que participan de esta práctica infame afirman que lo hacen para “facilitarle la obra al lector”.

En realidad, detrás de este argumento peregrino, hay un interés comercial y económico. Las editoriales y los escritores escogen justamente a un clásico porque saben que los muertos no protestan, y pueden hacer con su obra lo que les dé la gana: suprimir capítulos, agilizar la narración, actualizar el lenguaje de la época e intervenir en el estilo y tono del libro.

Hoy en día, no solo se mutilan cuerpos humanos; se mutila, así mismo, el legado literario de la humanidad.

A estos escribanos mal pagados ¿quién los autorizó a entrometerse en las obras clásicas? ¿Los autores? ¿Los herederos del autor? ¿El lector?

El argumento de que al joven lector hay que facilitarle la lectura de la obra no solo es cursi, sino que lo mira como si fuera un tonto; un tarado. ¿Acaso toda lectura no implica un trabajo intelectual del lector que, a su vez, enriquece la obra?

Estanislao Zuleta, quien compendió la lectura como el elogio de la dificultad, decía que en el mundo de la ciencia, el arte y la literatura “no había lecturas fáciles, sino lectores fáciles”.

El placer de la lectura consiste en bucear en aquel mundo rico y complejo, lleno de imágenes simbólicas, que nos ofrece la literatura. Por esto leer es un desafío del espíritu, donde el lector debe emplearse a fondo y enfrentarse, él solo, a ese mundo maravilloso que es la literatura.

En principio, a mí no me molesta que las editoriales y los escritores ganen dinero. Ni más faltaba. Pero el dinero se puede hacer de una manera más decorosa, sin necesidad de masacrar a un clásico.

¿Creen ustedes que los argentinos van a dejar retocar los poemas de Borges? ¿O que la familia García Barcha va a dejar que intervengan Cien años de soledad?

Italo Calvino, quien no dejaría que manosearan su obra, afirmó: “Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”.

Por esto hay que leerlo y releerlo completo; sin necesidad de amanuenses. ¿O es que a los decapitadores de libros les gustaría que los escritores del futuro intervinieran su obra?

Con la rica información cultural que existe, el lector de hoy no es tonto. Cuando llegue a sus manos la versión para dummies del Quijote, de Cervantes, o María, de Jorge Isaacs, hará sencillamente clic en su tableta, y buscará la versión completa y original.

Para mayor información ver: portal cultural NTC …  de Gabriel Ruiz y María Isabel Casas:
http://literaturaenelvalle.blogspot.com/2014_11_26_archive.html
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De: Rodrigo Escobar Holguín 
Fecha: 17 de diciembre de 2014, 14:12  
Asunto: Las adaptaciones de J.C. Londoño: un ejercicio de precrítica
Para: ntc ntcgra@gmail.com
Amigos de NTC...
Si la publicación de las adaptaciones de María y El Alférez Real constituye un éxito que traiga mucho dinero a la editorial que las saque al mercado, me alegrará mucho, no por la editorial, sino porque habrá muchos jóvenes que estén leyendo esas adaptaciones, y sepan, a través de ellas, de esos clásicos nuestros. Algunos de esos nuevos lectores quedarán de tal modo seducidos que se irán a buscar los originales, que estarán allí, como siempre, esperándolos, desde su edición príncipe y tantas subsiguientes ediciones. Esos, así sean relativamente pocos, ¿existirían si no hubiera sido por la lectura de las adaptaciones? No, no existirían. Entonces, habrían sido lectores debidos a ellas, es decir, a Isaacs y a Julio César Londoño - y claro, a la editorial.
Sea lo que sea lo que Londoño haya hecho, los originales no han sido mutilados. Siguen disponibles para sus lectores de hoy y los que vendrán. No es lo mismo una escultura o una pintura al óleo, por ejemplo el David o las Meninas, que hay que proteger con todo el cuidado del mundo porque no hay sino un único ejemplar. Aún en el caso de las pinturas se pueden hacer versiones y copias, como Picasso hizo con Las Meninas, a la manera de lecturas nuevas. Hay quien le ha puesto bigotes a una reproducción litográfica o a una copia al óleo de la Monalisa. Nada de esto ha afectado la integridad física de los originales, y es permisible como modo de relación con la obra original, pues no impide la posibilidad del contacto e interacción con ella.
Un saludo cordial,

Rodrigo Escobar Holguín

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POLÉMICA SOBRE MARÍA de  JORGE ISAACS.
Por AURA ROSA CORTÉS AMADOR *
Cali, 17 de diciembre de 2014, 23:44

El escritor Julio César Londoño es un periodista controvertido; merece todo mi respeto por su constante laboriosidad en su oficio literario.
Leí con cuidado el interesante  artículo de Alejandro  José López. Escuché la mordacidad de Gustavo Álvarez  Gardeazabal en La luciérnaga,  denomina al escritor Julio César Londoño sin preámbulos  ni dolor  decapitador de obras literarias. Así mismo y retomando a Álvarez Gardeazabal, el escritor Fabio Martínez en su artículo periodístico El “arte” de decapitar obras clásicas,  también promulga y enardece  sus críticas. Rodrigo Escobar Holguín es más misericordioso con el escritor Londoño y acepta que  las obras clásicas tengan adaptaciones y nuevas versiones a través de la historia... La Real Academia Española de la Lengua  da su aval  para  El Quijote popular y escolar, le asigna el trabajo al filólogo Arturo Pérez Reverte, siempre y cuando se respete la integridad de la obra.
No conozco el trabajo de Julio César Londoño, pero soy una furibunda defensora de la obra literaria y política de Jorge Isaacs. No se si  incluye a Jorge Isaacs dentro del Romanticismo como obra lírica escrita en 1867.  Los romances eran diferentes a este turbulento  siglo XXI. Con toda consideración le escribo que debe respetar el amor no consumado, los besos en la frente, el cuervo que posa en los árboles vaticinando la desgracia de la muerte de María. El amor idealizado, la seducción en la pareja, los buenos modales (se ha olvidado la Urbanidad de Carreño).
Germán Arciniégas en Genio y figura de Jorge Isaacs, 1967 afirmaba que “hay en Colombia una provincia que tiene el nombre de paisaje. Se llama Valle del Cauca. En cierto modo es la provincia de Isaacs, La del Paraíso, la de María”.
 Ahora los ríos del Valle del Cauca son cloacas de las ciudades, tiraderos de basuras, olores nauseabundos, aguas contaminadas. En la época de Jorge Isaacs el río Dagua, El Amaime, La brisa del Sabaletas, tenían la esencia de los árboles frondosos,  el perfume  de los  campos florecidos. No olvide el paisaje descrito por  Efraín, la majestuosidad del territorio selvático y del Pacífico. El litoral que describió genialmente Isaacs. El paisaje amplio y fructífero del Valle del Cauca, esa visión geográfica del sabio Alejandro de Humboldt que describe  Isaacs con maestría. Estos aspectos paisajísticos se deben discutir y comparar con estudiantes y lectores en este tiempo en que se destruyen sin piedad  sierras, valles y llanuras. El amor de María se desenvolvió  en una tierra bienaventurada que solo  existe en la novela de Isaacs.  Debemos recordar y difundirlo. Le deseo buena suerte al escritor Julio César Londoño
* AURA ROSA CORTÉS AMADOR ( 1 ) . Miembro de la Junta Directiva de la Fundación de Poetas Vallecaucanos. 
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Portada del «Quijote»  popular y escolar
Esta edición de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha ha sido adaptada para uso escolar por la Real Academia Española.
Con ese objeto, y a fin de facilitar una lectura sin interrupciones de la trama principal de la novela cervantina, se han retirado del texto original algunos obstáculos y digresiones que podrían dificultar aquella. Esa labor de poda, muy prudente y calculada, dedica especial atención a la limpieza de los puntos de sutura de los párrafos eliminados, para que su ausencia no se advierta en una lectura convencional. Esto incluye la renumeración y refundición de algunos capítulos, que en su mayor parte conservan el título del episodio original al que pertenecen. En cada caso se ha procurado respetar al máximo la integridad del texto, los episodios fundamentales, el tono y la estructura general de la obra. Todo ello convierte esta edición en una eficaz herramienta docente, y también en un texto de fácil acceso para toda clase de lectores.
Como indica en el prólogo Arturo Pérez-Reverte [vídeo], académico encargado de la adaptación del texto, «la presente edición sigue con fidelidad extrema el texto original utilizado, que es el de la magnífica edición impresa por Ibarra y publicada por la Real Academia española en 1780, obra magna y orgullo de esta institución».
El secretario de la Academia, Darío Villanueva, explica que «aparte del tratamiento especial y novedoso que se ha dado a las ilustraciones, y el rigor filológico con que se ha operado a la hora de actualizar la lengua de El Quijote sin desnaturalizarla ni empobrecerla, es destacable el trabajo de adaptación conforme a las exigencias de la más pura narratividad, que un novelista de tan reconocida maestría como Arturo Pérez-Reverte domina, para casar del modo más efectivo las fábulas novelísticas con el entendimiento de sus lectores, para facilitar los imposibles, allanar las desmesuras y suspender los ánimos, todo con el sano propósito de admirarnos, alborozarnos y entretenernos».
En su prólogo a esta edición, Darío Villanueva recuerda asimismo que la Real Academia Española salda de este modo una antigua cuenta pendiente: el encargo recibido mediante una Real Orden de 12 de octubre de 1912, que confiaba a la corporación «la dirección de dos ediciones del Quijote, una de carácter popular y escolar [la que se presenta aquí] y otra crítica y erudita». Esta última se publicó en 2004, a cargo del académico Francisco Rico.

 
Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Madrid: Santillana, 2014.


 

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Sanchos que intentan ser quijotes

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Lanzan nueva versión de 'El Quijote' para niños y jóvenes
La Real Academia Española lanza adaptación de la obra de Cervantes para facilitar su lectura y comprensión entre niños y jóvenes.





La Real Academia Española, estrena la adaptación de Pérez Reverte, de la obra clásica de literatura universal Don Quijote de la Mancha, la cual ofrece por primera vez una lectura lineal de la trama central de este libro, respetando la integridad del texto, los episodios principales, el tono y la estructura general.
Según la RAE, respetar la integridad de la obra se logró gracias a una cuidadosa labor de ‘poda’ de los episodios secundarios y las digresiones que hacían complejo el texto para su uso escolar.
“Se eliminaron las historias paralelas para permitir una lectura rigurosa, limpia y sin obstáculos de las peripecia del ingenioso hidalgo y su escudero”, señaló Pérez Reverte. A su vez, comentó “cuando se trata de trabajar en colegios con el texto íntegro, las digresiones y relatos insertos en él perturban a veces la aproximación amena, eficaz, que una herramienta educativa o una lectura sencilla pueden reclamar”.
En el año de su tricentenario y como preludio a las celebraciones del binario de Cervantes, la RAE rinde un homenaje al Quijote académico de 1780 y en esta obra incorpora dibujos originales e inéditos, entre ellos, una ilustración de un joven Francisco de Goya que no llegó a incluirse en la edición de 1780.
“Lo que ahora se imprime como ilustración del relato cervantino no son las láminas de 1780, sino los originales de los dibujantes- Arnal, Barranco, Brunete, Antonio e Isidro Carnicero, Castillo, Ferro y Jerónimo Gil-”, comentó Darío Villanueva, secretario de la Rae.
La obra que salió a la venta el 29 de noviembre tuvo su primera presentación en la Feria Internacional De Libro de Guadalajara, México y el pasado miércoles se llevó a cabo en Madrid, España.
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El Quijote de Reverte

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Arturo Pérez-Reverte rejuvenece al Quijote
 El escritor hace una adaptación de la obra de Miguel de Cervantes para un público juvenil, a petición de la Real Academia Española

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Don Quijote de la Mancha: Edición de la RAE, adaptada por Arturo Pérez-Reverte. En AMAZON

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'El Quijote' renace con un lenguaje más cercano a los jóvenes
Arturo Pérez-Reverte lanza en el mundo una edición escolar de este clásico de Miguel de Cervantes.
EL TIEMPO .com e impreso.  Por:  CULTURA Y ENTRETENIMIENTO |  9:33 a.m. | 18 de diciembre de 2014
El escritor Arturo Pérez- Reverte presentó la nueva edición en España.
Foto: Archivo particular . El escritor Arturo Pérez- Reverte presentó la nueva edición en España.

Casi 409 años después de ser publicado, era poco probable que alguien se atreviera a sacudir el gran “monumento literario” que representa 'El Quijote de la Mancha' para los españoles y el mundo entero.
Y sin embargo, había una realidad inocultable: a los más jóvenes este tesoro literario los confundía y –como dijo el escritor español Arturo Pérez-Reverte– los asustaba. “Desde el punto de vista escolar, era un libro farragoso e inaccesible para un joven de 15 años”, expresó el reputado novelista.
En 1912 y luego en 1920, el gobierno español le había encargado a la Real Academia de la Lengua que hiciera una edición escolar y popular que acercara a los jóvenes a esta novela.
Sin embargo, fue solo en el 2014 (casi cien años después) cuando esta se hizo realidad.
Pero no podía hacerlo cualquiera. Y el elegido para tamaño trabajo fue nada menos que Pérez-Reverte, quien se encargó de rejuvenecer a este clásico de la literatura universal.
Así que ahora, en esta nueva edición, los personajes de don Quijote, Sancho y Dulcinea hablan con un lenguaje contemporáneo. Pérez-Reverte aclara, en todo caso, que esta edición no pretende sustituir El Quijote completo, sino acercar a profesores y estudiantes a la obra.
La reverencia extrema hacia el libro había sido, quizá, la causa de que no se hicieran ediciones arriesgadas como esta, aunque existían ya algunas versiones escolares, pero estas eran antologías o fragmentos.
“Pérez-Reverte no calumnió el texto original. Prescindió de la ortografía original, con la autorización de la Real Academia, y lo hizo muy bien”, dice el expresidente Belisario Betancur, experto en El Quijote.
Pero esta edición, que incluye dibujos inéditos de Francisco de Goya, tiene más que cambios en el lenguaje. Pérez-Reverte se concentró en la historia esencial de las aventuras de don Quijote y Sancho Panza, y suprimió los relatos secundarios, que, según dice el escritor, desviaban la atención de los jóvenes y hacían que la lectura tuviera trabas.
“Decidimos hacer un Quijote muy cuidadosamente podado de aquello que hace que un joven interrumpa la lectura. Lo abordé entonces como un lector de 15 años y me pregunté dónde tropezaría él”, ha dicho Pérez-Reverte, quien eliminó también las notas de pie de página.
Ante las posibles críticas que puede suscitar esta edición, Darío Villanueva, secretario de la Real Academia de la Lengua, adelantó que al mismo tiempo esta institución trabaja en otra edición “erudita” de El Quijote.
Para Pérez-Reverte, esta es la oportunidad de recuperar el patrimonio común que representa El Quijote para los 500 millones de hispanohablantes del mundo.
“Hay una patria que es la lengua española, y la bandera de esa patria es El Quijote”, dice Pérez-Reverte.
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CONTINUARÁ
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En su 2a. etapa, provisional, publican y difunden 
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