sábado, 15 de diciembre de 2007

LA OBRA EXCEPCIONAL DE FERNANDO CRUZ KRONFLY

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DEBATE No. 1- Iniciación Agosto 8/07
DEBATE No. 2 Agosto 10/07
Debate No. 3 Agosto 21/07
Debate No. 4 Octubre 20/07

Contribuciones al DEBATE .... (No. 5)

1.- La obra excepcional de Fernando Cruz Kronfly. Por Eduardo García Aguilar.

2.- De pioneros y preludios del cuento vallecaucano. Por Carolina Abadía Quintero.

3.- Tim Keppel. Alerta de Terremoto.
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1.- LA OBRA EXCEPCIONAL DE FERNANDO CRUZ KRONFLY
Por Eduardo García Aguilar
Blog del autor http://egarciaguilar.blogspot.com/2007/12/la-obra-excepcional-de-fernando-cruz.html
Lunes 10 de diciembre de 2007
Reprodujo y difunde: NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com, gaboruizar@hotmail.com Dic. 15/07

Uno de los autores más importanes de Colombia en estos momentos es sin duda alguna Fernando Cruz Kronfly (1943), a quien podrían otorgársele ya los premios más importates de la lengua como el Príncipe de Asturias, el FIL Guadalajara o el Cervantes. Orfebre de la prosa y la poesía, uno imagina la titánica empresa de sus construcciones, la obra de pulimiento de la catedral proustiana que llega a su clímax en las tribulaciones de Uldarico y las lascivias de Mariana Valentina, en los mundos fantasmales de Teófilo y Barbarela, Pensilvania y Pánfilo, entre ámbitos del ayer y de hoy como La mansión de las cadenas y el Edificio de la Villa Maipo. Eso sin referirnos al viaje del Libertador Simón Bolívar hacia su muerte por el río Magdalena o el del cuerpo de Carlos Gardel hacia la nada, en sendas novelas dedicadas a esos personajes.
Más allá de la musicalidad exacerbada de su prosa, Cruz Kronfly conecta con otras corrientes de la narrativa latinoamericana. Rebelde y disolvente por naturaleza, no se hunde en el ya trajinado realismo mágico, para quedarse sólo en los arabescos de lianas de su imaginación, o en el neocostumbrismo o el escándalo. Va más allá y entra al mundo del deseo, al conflicto de los cuerpos, a la incuria de la soledad, a la imposibilidad del amor entre cerrados compartimientos totalmente concretos y modernos.
No sólo se hermana Cruz Kronfly con el quehacer artesanal del cubano José Lezama Lima en su investigación del deseo, sino que se comunica con el delicioso cinismo desesperanzado de Juan Carlos Onetti, con sus mujeres perversas, enfrentadas día a día con hombres desvirolados, fracasados, que se desmoronan en el alcohol, todos ellos cónsules como Geoffrey Firmin, el de Bajo el Volcán de Malcolm Lowry.
La deliciosa crudeza de los asertos de sus mujeres, hermanada con los rumbos montevideanos de Onetti y sus mujeres cultas y sexuales, hace de novelas como Falleba (Editorial la Oveja Negra. Bogotá. 1980), La obra del sueño (Editorial la Oveja Negra. Bogotá. 1984) y La ceremonia de la soledad (Planeta. Bogotá. 1992) , entre otras, obras excepcionales en el mapa novelístico colombiano reciente.
Liberado de la retórica falocrática que ha dominado desde La María de Jorge Isaacs y La vorágine de José Eustasio Rivera, hasta Cien años de soledad y a buena parte de la novelística colombiana postmacondiana, la obra de Cruz es una reflexión sobre la muerte, la decrepitud, la caída, la soledad, tanto en los ámbitos urbanos de la segunda mitad de este siglo como en los viejos tiempos de la Patria Boba y la Fundación abordados en La ceniza del libertador (Planeta. Bogotá. 1987) y en La obra del sueño.
Novela de fundación y de estirpe, homenaje a los progenitores, La obra del sueño abre una nueva veta ficcional y prefigura la exploración posterior del fin del libertador Simón Bolívar en su viaje tragicómico hacia la nada. Cruz Kronfly escribe desde un lugar marcado por el cruce de caminos, porque él mismo es fruto de la mixtura de razas y parece que en cada nueva obra despliega una gran sombrilla imaginaria para los habitantes del exilio: un libertador entre olor de letrinas y podredumbre de cuerpos afiebrados huye exiliado y vapuleado por su gente, mujeres modernas se exilian de un lecho a otro buscando una felicidad que nunca llegará y todos recuerdan viejas casonas llenas de flores y de pájaros o se encierran en recámaras a masticar su derrota. De toda su prosa brota el dolor y el desasosiego, y mana el grito del niño perdido que todos llevamos adentro y cuya convocatoria es dínamo de la obra narrativa.
La ceniza del Libertador es tal vez, junto con Celia se pudre de Héctor Rojas Herazo, La otra raya del tigre de Pedro Gómez Valderrama y La tejedora de Coronas de Germán Espinosa, una de novelas más notables escritas en Colombia en el espacio del post-macondismo. Quien recorre sus páginas, comprenderá que más allá de la historia o del paisaje telúrico, el gran personaje allí es el lenguaje, la delirante reverberación de palabras que Cruz Kronfly convoca con exactitud maniática, acercándose a lo que denomina “estética de la muerte que apaga afanosa los últimos fósforos”.
Los colombianos, los latinoamericanos, que somos tan reacios a observar y ponderar lo que se escribe entre nosotros, hemos tardado mucho en dar el lugar merecido a esta gran saga narrativa que apenas va en el punto central de un camino aún por venir. Me imagino a veces cómo sonarán estas novelas cuando se viertan a otras lenguas y entonces salte el esplendor de la prosa y cobren nuevos brillos terribles los ámbitos donde transcurren las penas de sus personajes.
Juntas, vistas con perspectiva y no en ediciones saltarinas y dispersas, estas novelas constituyen una gran feria de vanidades y derrotas, llena de colores, espectros, adefesios, ruinas, tal y como siempre ocurre con los mundos de los novelistas logrados que, como Onetti y Roberto Artl, o narradores natos como Felisberto Hernández o Juan Rulfo, logran arrancar sus delirios de lo terrenal para transponerlos hacia el limbo poético. Colombia y el mundo hispanoamericano tardan en reconocer como se debe la obra de este escritor colombiano que está entre nosotros y escribe en silencio con la dignidad caballeresca y el orgullo de los grandes maestros iluminados.

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*** De pioneros y preludios del cuento vallecaucano
Por Carolina Abadía Quintero LA PALABRA UV . No. 177 Diciembre 2007
http://lapalabra.univalle.edu.co/pioneros.htm
Egipcios, griegos e indios alimentaron un género literario que con Edgar Allan Poe en el siglo XIX encontraría su definición y perfección universal. A pesar de que en el Valle del Cauca el cuento, en relación con regiones como Antioquia o la Costa Caribe, aparece de manera tardía, tiene pioneros que ponen a este género a la altura de creaciones universales. A continuación una semblanza de los pioneros. ..... ...

Ver sus nombres y reseñas en: http://lapalabra.univalle.edu.co/pioneros.htm

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3.- TIM KEPPEL. Alerta de terremoto ... . http://tikentc.blogspot.com/

sábado, 20 de octubre de 2007

LITERATURA EN EL VALLE". DEBATE. No. 4

Archivo
DEBATE No. 2 Agosto 10/07
Debate No. 3 Agosto 21/07
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Actualización Abril 17, 2008
SE LANZÓ EN CALI el LIBRO
UN GRAN APORTE AL DEBATE
To: FABIO MARTINEZ, HERNANDO URRIAGO BENÍTEZ,
CC: Efer Arocha, Yves MOÑINO
DE: NTC
Cali, Abril 19, 2008.
Apreciados escritores y profesores Fabio y Hernando:
Atento saludo. De nuevo, nuestras felicitaciones por su extraordinario y trascendental trabajo y logro al publicar el libro CALI-GRAFIAS. LA CIUDAD LITERARIA - Cali-graphies: La cité littéraire . No hay duda que lo realizado por Ustedes, por el equipo de Vericuetos y por la Universidad del Valle es un significativo aporte al estudio, difusíon, debate y reconocimiento de muy buena parte de la literatura que han escrito poetas y narradores de la región o sobre temas relacionados con ella y de Cali específicamente.
Como antología, enmarcada dentro de miradas propias de quienes la elaboraron y en marco temático y coberturas restringidos, queda el libro a consideración de los expertos en literatura y en traducción y de los lectores comunes. Un escalón más en el debate sobre la "Literatura vallecaucana" que seguramente deberá continuar. En buena hora, con el libro se aporta, constructivamente, un "hecho contundente" - ¿una posible prueba reina?. No sólo palabras- a la polémica que sobre existencia de dicha Literatura que se había iniciado. Enriquecedor será esperar nuevos y fructiferos diálogos.
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CONTRIBUCIONES Y APORTES A LA DIFUSIÓN Y RECONOCIMIENTOS DE LA "LITERATURA EN EL VALLE" y al DEBATE.
(Actualización: Nov. 5, 2007)
ANTOLOGÍA "CALI-GRAFIAS. LA CIUDAD LITERARIA"
Antología bilingüe.*

Los escritores Fabio Martínez, Hernando Urriago y Efer Arocha acaban de concluir la Antología bilingüe "Cali-grafías. La ciudad literaria".
Esta obra, que es un homenaje literario a la ciudad, será publicada por
el Programa Editorial de Univalle http://programaeditorial.univalle.edu.co/
en coedición con la revista Vericuetos http://blogs.aol.fr/libiahb/VERICUETOS/ de París,
que dirige el escritor Arocha.

En la Antología estarán entre otros:

Fernando Cruz Kronfly, Gustavo Alvarez Gardeazábal, Marco Tulio Aguilera, Rodrigo Parra Sandoval, Harold Alvarado, Humberto Valverde, Marco Fidel Chávez, Armando Romero, Jotamario Arbeláez, Carmiña Navia, María Elvira Bonilla, Armando Barona, Cecilia Balcázar, Amparo Romero, Orietta Lozano, Julián Malatesta, Carlos Fajardo, Alejandro López, Hoover Delgado, Norman Muñoz, Omar Ortiz, Angela Rengifo, Angela Tello, Laureano Alba, Alvaro Burgos, José Zuleta, Jean Arb, Oscar Perdomo, Carlos Patiño, Antonio Zibara, Aníbal Arias, Marco Fidel Chávez, Fabio Arias, Sonia Truque, Diego Echeverri, Laureano Alba, Elizabeth Marín, Boris Salazar, Orlando López, Fernando Merino, Harold Kremer, Orlando López, Carlos Vásquez, Horacio Benavides, Pilar Quintana, Fernando Calero de la Pava, Germán Cuervo, Raúl Henao, Gerardo Rivera, William Ospina, Jaime García Mafla, … .

La Universidad del Valle, por ser una entidad pública, se exime de pagar derechos de autor. Por tal motivo se solicita a los escritores mencionados su autorización para publicar textos de su autoría en dicha antología, manifestando además que ceden sus derechos de autor.
Dirigirse a Fabio Martínez. E-mail: fabiomar@univalle.edu.co CC editorial@univalle.edu.co
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* Publicado en NTC …-275 (Nov. 2, 2007) http://ntcblog.blogspot.com/2007_10_28_archive.html Numeral 2
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"LITERATURA EN EL VALLE". DEBATE. No. 4
Octubre 20, 2007
Compilador
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Contenido:
1.- "Carta a un licenciado iracundo." Por J. C. Londoño
2.- Complementaciones y comentarios de NTC ... . Texto de George Steiner.
3.- Textos de Carlos Vidales ( Estocolmo, Suecia) sobre el debate y esta "guerra".
4.- Otros textos y opiniones ...
5.- CALI-GRAFIAS. LA CIUDAD LITERARIA. Antología bilingüe. Homenaje literario a la ciudad de Cali. Libro de próxima publicación por la editorial de la U. del Valle y Vericuetos (París) .
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1.- Carta a un licenciado iracundo
Julio César Londoño (JCL)
(19-Oct-2007)
Texto a publicarse en GACETA de EL PAIS de Cali el 21 de Agosto de 2007.
Agradecemos al autor el envío y la autorización para publicar su texto*.
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Publicado con el título "Mi declaración de guerra a Fabio Martínez", en:
Palimpsesto, Blog literario de JCL en EL PAIS, Actualizado en 2007-10-21 11:53:26
http://www.elpais.com.co/blogs/principal/blog1.php?b=11&n=293
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Palimpsesto El blog literario
Actualizado en 2007-10-22 11:01:45 /
Mi declaración de amor a Fabio Martínez
Carta a un licenciado iracundo
Julio César Londoño
http://www.elpais.com.co/blogs/principal/blog1.php?b=11&n=293
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Fabio Martínez y Julio César Londoño
Fotografías: MIC de NTC …
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Hace unas semanas escribí en estas mismas páginas que la literatura antioqueña y la bogotana eran mejores que la valluna. (Ver: DEBATE No. 1- Iniciación Agosto 8/07) . No esperaba que los Lloreda, gente “dura” por cierto, me aumentaran el sueldo por semejante “descubrimiento”, ni mucho menos despertar la ira santa de Fabio Martínez, un licenciado en español de la Universidad Santiago de Cali que, ofendido en lo más íntimo por mi afirmación y arropado en la bandera del Valle, se me vino lanza en ristre en la Gaceta del 5 de agosto. (Ver: DEBATE No. 1- Iniciación Agosto 8/07)
En su artículo llaman la atención varias cosas; lo primero, el lenguaje. El licenciado me llama resentido, bobo, estúpido, etc., vocablos un tanto sorpresivos en un ensayo de crítica literaria. ¡Qué va a pensar la gente, Martínez! Pueden creer que usted es senador de la República. O agitador profesional. Pueden, incluso, conjeturar que su intolerancia y sus modales explican la agresividad de esos reductos cavernarios que aún subsisten en la universidad pública, esos energúmenos que aún profesan el credo de “la combinación de todas las formas de lucha” y la “dialéctica” de las papas molotov.

Luego, ya desahogado, hizo gala de su proverbial humor, repitió sus célebres y conocidos chistes del “champús y el pandebono”, metáforas angulares de su estilo, y se refirió elogiosamente a varias autoras de la literatura de género, modalidad que desprecia en la intimidad de los cenáculos masculinos.

Luego le recordó a la audiencia que él es un viajero infatigable, un autor cosmopolita, mientras que yo soy un provinciano irredento. Tiene razón, licenciado. Los viajes son una de las tantas cosas que la vida me ha negado; el oro, en general, “que acorta las distancias como el tapiz del persa”. Lo que no veo es la relación entre el número de sellos del pasaporte y el hecho de que un autor valluno pueda escribir sobre literatura valluna. ¿Hay que viajar mucho para comprender la obra de Andrés Caicedo, digamos? ¿Conviene leerlo en francés para captar mejor la musicalidad de la jerga de los jóvenes de la época?
Dos párrafos después el licenciado vuelve a agitar la bandera del Valle, me tacha de apátrida y afirma que “los bogotanos y los paisas no son bobos y defienden a capa y espada todos sus logros”. Si entiendo bien, esto significa que para Martínez la crítica literaria es una cuestión de avispamiento, un ejercicio de marketing, pues. Y yo todo este tiempo pensando que era algo relacionado con el criterio, el análisis o la sensibilidad. ¡Eso me pasa por no viajar!


Siempre agitando el trapo albiceleste (hay que reconocer la consistencia cromática del pensamiento fabiano) me acusa de ejercer “el calibalismo, actitud que no ha permitido a la región salir del agujero negro”. Es decir, que el Valle no está como está por una conjunción de factores criminales sino por culpa de los que destapamos la “olla”. Haberlo sabido antes, licenciado, y habríamos dejado la tapa en su lugar y permitido que patriotas como usted, los cultores del periodismo positivo y la crítica avispada, le echaran sahumerio a las heces ¡y listo! Conjurado el hedor y eliminadas sus causas.
El verdadero canibalismo vallecaucano, docto señor, es el practicado por esa sociedad frívola y trepadora que cohonesta con el narcotráfico; por ese electorado cretino que lleva al poder a una dirigencia voraz; por esos profesores distinguidos que miraron para otro lado cuando una camarilla de cafres quebró la Universidad del Valle; por ese periodismo positivo que no dijo ni mu durante el saqueo de Foncolpuertos, de Emcali, de Cali y del Departamento todo a la vista de la vegetariana, a la vista de la muda, a la vista de la absorta caravana.

A lo largo de su patriótico berrinche, el licenciado me acusa de ignorar la genialidad de la literatura vallecaucana y de restringirla al nombre de Jorge Isaacs. Se lo agradezco, señor: tergiversar las opiniones del otro para atacarlas con comodidad entraña un homenaje secreto. Un homenaje mezquino pero homenaje al fin.

En mi artículo “La vallecaucana, una literatura en tono menor” ( Ver: DEBATE No. 1- Iniciación Agosto 8/07) , sólo cité once autores porque fue escrito originalmente para una publicación en la que disponía de un espacio muy reducido. Entonces decidí reseñar unos pocos autores y copiar algunos versos suyos para incitar al hombre de la calle a la lectura de sus obras, en lugar de hacer un directorio telefónico de todos los vallecaucanos que han escrito alguna página meritoria y quedar bien con todo el mundo, como hacen los críticos avispados. De pasada, aclaré que don José Eustasquio Palacios fue un adelantado del culebrón porque eso es exactamente su melodramático “Alferez real”, y proponerlo como un autor canónico es confundir a los jóvenes de una manera irresponsable.
He conversado sobre este asunto con algunos amigos: Con cautela, Sonia Truque dice que el licenciado y yo tenemos “un empate técnico porque cada uno propone un canon de once nombres exactos”. Jotamario Arbeláez reconoce la primacía de la literatura antioqueña. “Ahí no hay nada qué hacer. Cuando perdemos uno a cero –explica– podemos echarle la culpa al arbitro o a los astros o a Julio César Londoño. Pero cuando nos golean, hay que cerrar el pico y no agravar la vergüenza sacando disculpas”. Harold Alvarado Tenorio asegura que el licenciado está dolido porque no lo incluí en el “cuadro de honor” de la literatura vallecaucana. Fernando Vallejo cree que la furia del licenciado no es causada por esta exclusión sino “por el fracaso comercial y literario de sus libros. Martínez parece empeñado en fracasar minuciosamente en todos los géneros. Sus libros decaen al principio”.

Yo no lo creo así. Martínez se encuentra más allá del bien y del mal y debe estar acostumbrado a que lo ignoren. Sabe que “la derrota tiene una dignidad de la que carece la ruidosa victoria”. Además él es un ciudadano del mundo y en el fondo desprecia su tierra; quizá por eso su artículo está lleno de alusiones despectivas al Valle, a su clima, sus ríos, sus montañas y sus alimentos.
Al final del artículo, el licenciado me invita a que “hablemos seriamente de literatura”. Yo no creo que él pueda hablar seriamente de nada; a los sumo podrá hacerlo a la académica manera, es decir, con profusión de ismos y fechas en una prosa reseca y desangelada. Salamanca non da, Martínez, no insista.

Además, yo no sabría con cuál de los Martinez que conozco voy a discutir: ¿con el que intentó sobornarme incluyéndome en la antología “Cuentos sin cuenta”? (nótese la agudeza del juego de palabras). ¿Con el que me regala sus libros con dedicatorias floridas y cóncavas reverencias, o con el que me descalifica por provinciano? ¿Con el misogino recalcitrante de los conciliábulos masculinos o con el profesor políticamente correcto que pondera las obras de los negros, los indios, las mujeres y los jovenes?

Para ser franco, debo reconocer que envidio su posición en esta polémica, licenciado. Mientras mi tesis es obvia, la suya es audaz; proponer que la literatura del Valle es tan rica como la antioqueña es un desafío tan estimulante como tratar de demostrar que la literatura suiza es superior a la inglesa. Si no fuera por la indignación con que usted la sostiene, juraría que está bromeando.
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OTRA PROPUESTA DE SELECCIÓN ...
Eustaquio Palacios, Jorge Isasacs, Margarita Gamboa, Enrique Buenaventura,
Mariela del Nilo, Gustavo Alvarez Gardeazábal, Julio César Londoño y Andrés Caicedo.
Pendones que se colocaron durante los meses de Agosto, Septiembre y Octubre de 2007 en la fachada a la Calle 5a. del Centro para la Ciencia, la Cultura y la Educación (Biblioteca Departamental) de Cali.
Más adelante, a la izquierda, los textos publicados en los pendones.
Fotografías: MIC de NTC … , para esta edición virtual tomadas de: http://ntcpoesia.blogspot.com/2007_10_12_archive.html
(Clic sobre las fotografías para ampliarlas. Clic en "Atrás" para volver aquí)
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Con todo, y para no dudar de su inteligencia, estoy seguro de que en el fondo usted no puede creer que nuestro “equipo” (Jorge Isaacs, José Eustaquio Palacios, Mariela del Nilo, Enrique Buenaventura, Fernando Cruz, Gustavo Álvarez, Jotamario, Andrés Caicedo, Harold Alvarado, Horacio Benavides) sea comparable al formado por los mejores escritores antioqueños.

Veamos.
Tomas Carrasquilla no es inferior a Jorge Isaacs, con la ventaja de que nunca pretendió demostrarnos, como el autor de la María, que los esclavos eran felices con su condición ni que la religión católica fuera una bendición del cielo. De ñapa, Carrasquilla nos dejó un corpus importante de ensayos críticos. En el Valle nunca tuvimos un filólogo de la estatura de Baldomero Sanín Cano. Nuestro pensador más importante, Estanislao Zuleta, era paisa. Tenemos buenos ensayistas, sin duda, pero hay que aceptar que ninguno tiene la gracia ni la diversidad de los ensayos de Antonio Vélez. Ningún vallecaucano ha sido postulado jamás, como Fernando González, al Premio Nobel de Literatura (la postulación del pensador antioqueño fue presentada por Thorton Wilder y Jean Paul Sartre en 1960. Cuando la Academia Sueca de Letras le pidió un concepto sobre González, su par colombiana respondió postulando a un discreto filólogo español, Ramón Menéndez Pidal).
Sumando los mejores poetas vallecaucanos de la primera mitad del siglo pasado (Nieto, Llanos, Gamboa, Villafañe) no se hace un verso de Barba Jacob. Nadie ha escrito aquí, como León de Greiff, con todo el castellano. Aunque más agudos que sus antecesores, nuestros poetas contemporáneos no se equiparan a Jaime Jaramillo Escobar, Juan Manuel Roca, Darío Jaramillo Agudelo, José Manuel Arango y Piedad Bonnett.

Se necesita un poderoso acto de fe para creer que Andrés Caicedo será algún día tan importante en la literatura colombiana como ya lo es Gonzalo Arango. No tenemos columnistas tan originales como Luis Tejada o Eduardo Escobar, ni un narrador que pueda compararse con Fernando Vallejo. Ni me molesta. Soy ante todo un lector y no me importa de dónde vengan los buenos libros: de Antioquia, del Mississippi o de Sri Lanka. Pero como también soy un crítico, a ratos hago ejercicios de literatura comparada y emito juicios de valor; es sólo que, a diferencia del licenciado, suelo acompañarlos de argumentos, no de consignas.
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Comentarios en el blog de JCL en EL PAIS
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2.-
* NTC … ha lamentado y no ha compartido apartes de los textos de este debate que considera innecesarios y ofensivos, incluídos varios de los de esta Carta. Nada agregan a un diálogo abierto y amistoso ( “sin sectarismos pero sin ambigüedades”) que nos permita descubrir, valorar e impulsar la literatura de escritores vallecaucanos.
A estas alturas del partido, traemos a cuento lo expresado por George Steiner: “la crítica literaria debería surgir de una deuda de amor” y a lo cual hace referencia este texto:
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Sospecha del desastre.(Primera)
Jesus Silva-Herzog Marquez/
Publication: El Norte (México D.F., México) Publication Date: 07/29/2002
http://www.accessmylibrary.com/coms2/summary_0286-5342972_ITM

George Steiner coloca un bulbo de luz como primera línea de su ensayo sobre Tolstoi y Dostoievski que acaba de reeditar Siruela. "La crítica literaria debería surgir de una deuda de amor". Es ese adeudo el que ha de impulsar a quien dedica su vida a escribir sobre escrituras. Esta carga del adeudo es lo que ha de impulsar al crítico que, al terminar de leer una novela, no es el mismo que era antes de encontrarla. La pieza lo transforma, lo alimenta.

Después de ver un cuadro de Cézanne, escribe Steiner, vemos las manzanas de un modo totalmente nuevo, como si nunca hubiéramos visto una manzana verdadera. Steiner dice esto porque la crítica contemporánea confunde su tarea con la labor del demoledor de estatuas. Los biógrafos se han convertido en mineros de vicios y debilidades. La industria de la crítica aparece como escopeta del escándalo. El gran héroe es exhibido como un cobarde, el novelista genial es un plagiario que golpeaba a su mujer, el arquitecto admirado por todos resulta un alcohólico que odiaba a los negros.

Si antes se trataba de volver santos a los hombres ilustres, hoy parece que la tendencia es exactamente la contraria: todos los hombres, empezando por los filósofos, los artistas y demás prohombres, son cerdos.

El "recreador arte del crítico", dice Steiner, es una celebración, nunca una denuncia. No lo es porque el crítico no pierde el tiempo en lo que no vale; su atención se fija únicamente en las obras maestras, en las creaciones perdurables del arte. De las malas novelas que aparecen todas las semanas se ocupan los reseñistas, no los críticos.

La crítica es un fruto de la admiración. El crítico es un mediador entre el genio y el público. "Sólo a través del amor por la obra de arte, sólo a través del constante y angustiado reconocimiento por parte del crítico de la distancia que separa su arte del arte del poeta, puede tal mediación ser realizada". El crítico, atestiguando y apreciando el genio, lo revela al público, lo comunica, lo enaltece.

¿Qué luces arroja esta reflexión sobre la naturaleza de la crítica política? Muchos podrán decir que, aunque el crítico literario analice un soneto y el crítico de la política un acto de imperio, la semilla es idéntica. Bajo esa mirada, el crítico del poder sería también un amante con deuda. Un hombre que ama a la democracia, la independencia, la justicia y escribe para enaltecer el objeto de su amor y defenderlo de todas sus amenazas: el despotismo, la sumisión, la arbitrariedad. El crítico de la política será entonces, igualmente, un admirador que protege y que celebra. Un guardián que resguarda la joya o un soldado que combate a los malignos.

Pero lo que es devoción vital en el crítico literario se vuelve dogmatismo ciego y nocivo en el crítico de la política. No pienso solamente en el observador que se casa con una idea, un partido, una iglesia que cree portadora del valor que ama. Esa es clara, abiertamente una abdicación del propósito crítico y una afiliación plena a la práctica. Pienso quién, sin entregarse a grupo o jefatura alguna, ha dejado de someter sus ideas amadas a examen. El demócrata que no acepta los vicios de su amada, el justiciero que no se detiene para analizar las consecuencias de sus prescripciones, el revolucionario que no duda de sus deberes de aniquilamiento. Del amor no puede nacer el impulso del crítico de la política. Tocqueville lo entendió mejor que nadie: la adhesión a las causas políticas (la democracia por ejemplo) sólo puede ser una adhesión moderada, nunca una pasión desbordante.

Tampoco nace del odio, que es igualmente idealización del otro. Si el amante sólo ve rasgos hermosos en su amada, el odiante sólo encuentra facciones repugnantes. La crítica de la política no puede nacer del odio al poder. Quien lo odia no hace el menor esfuerzo por comprender sus razones; simplemente lo acusa como origen del mal. El anarquismo es por eso una crítica tan honda que termina vaciándose. Abominando al poder, ignora todo lo que el poder importa. ¿De dónde viene entonces el primer aliento de la crítica política? No proviene de una fe -ni la del amante ni la del odiante- sino de la sospecha.

Es una espina, una intuición, una sospecha lo que despierta la crítica política. No es el impulso de rendir un homenaje, ni la gratitud del admirador lo que la aviva. La crítica política no puede ser en ningún momento celebratoria. Aunque haya en política muchas cosas que celebrar, el festejo no puede engullir en ningún momento el recelo crítico. Hasta el más delicioso pastel de la política contiene gusanos. En política no hay obras perfectas a las que podamos entregarnos devotamente. Ha habido Napoleones, pero no Bachs ni Shakespeares.

La crítica nace de la sospecha porque no arranca en la certidumbre. El crítico empieza a escribir porque intuye, no porque sabe. El crítico no es un relator de incidentes, es un antipático evaluador. No le interesa lo que pasa sino el significado de lo que pasa. Como cualquier crítico, el crítico de la política trata de aclarar el caos de significados que es el mundo. Discernir entre lo importante y lo trivial, lo nocivo y lo benéfico, lo útil y lo dispendioso, lo real y lo fingido. Lo hace siempre con un ojo al futuro. Y si volvemos al primer impulso, ése que inquieta a Steiner para el caso de la crítica literaria, el marco de esa mirada es la sospecha, no la esperanza. La incertidumbre que acompaña el futuro no es la imagen de un jardín futuro, sino la posibilidad del desastre.

La posibilidad del desastre, digo. No su inminencia ni, mucho menos, su inevitabilidad. La política es siempre amenaza. Porque tiene como arma peculiar la violencia del Estado, está en todo momento a un paso del abuso, a un milímetro del exceso o a un segundo de la ineficacia. Pero es una amenaza de la que no nos podemos librar. La política, a diferencia de la literatura, no es puente a la belleza o a la verdad. La política tampoco es ruta hacia la felicidad. Si acaso, es resguardo de libertad y de orden. Es ejecución imperativa, es coacción, es violencia. Por eso el crítico, pinchado por la intuición de ruina, no ve en el Estado la escalera de la salvación.

¿El crítico es entonces un pesimista? No: el pesimista no es un crítico, es un hombre de fe. El pesimista idealiza la catástrofe a tal modo que la cree inevitable, que cree solamente en el infinito progreso de la decadencia. El crítico, muy por el contrario, piensa que la catástrofe es sólo una de las posibilidades del futuro. Las cosas pueden torcerse y llevarnos a la ruina... pero también pueden enderezarse. El crítico mira al desastre no para conducirnos hacia él sino para tratar de rehuirlo. Así podría concluirse: la crítica política debería surgir como una sospecha del desastre.
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Otro texto
Santos o demonios
Tolstoi o Dostoievski, George Steiner, Trad. Agustí Barra, Ciruela, Barcelona, 2003, 372 págs.
Por Guillermo Saccomanno
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-1035-2004-04-29.html
La armazón de la poiesis ha sido siempre teológica. En Esquilo, Dante, Rembrandt, Bach hay un compromiso con lo trascendente. Mientras que el ateísmo auténtico ha sido inusual, no así la burla ante la hipótesis de Dios. “El muy cabrón no existe”, dice Beckett. Pero cabe preguntarse cuál sería la contrapartida atea para un fresco de Miguel Angel o para El Rey Lear. Esta inquietud metafísica preocupó a George Steiner (1929) en Gramáticas de la creación, su último libro, pero estaba ya incipiente en Tolstoi o Dostoievski (1959), tal vez el más apasionado, riguroso y completo estudio de los dos escritores rusos, felizmente reeditado ahora.

Steiner cree que “la crítica literaria debería surgir de una deuda de amor”. La función del crítico no es distinguir entre lo malo y lo bueno sino entre lo bueno y lo mejor. Steiner conviene con Henry James en que la épica es “imaginación del desastre”. Los narradores maestros son quienes tuvieron y tienen conciencia del peligro, del temblor del edificio social y, con frecuencia, suelen parecer visionarios del Apocalipsis. Steiner rescata una idea de D.H. Lawrence: “Para ser artista uno ha de ser terriblemente religioso”. Y la transforma en filtro para su lectura.
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3.-
*** From: Carlos Vidales < carlos@bredband.net > Estocolmo, Suecia.
http://hem.bredband.net/rivvid/ , http://hem.bredband.net/rivvid/carlos/VIDAL01.HTM#sonetos
Date: 20-oct-2007 16:59
Subject: SV: "LITERATURA EN EL VALLE". DEBATE. "Carta a un licenciado iracundo". Por Julio César Londoño.
To: NTC
ntcgra@gmail.com

Este debate es verdaderamente lamentable. Los contendientes no parecen muy interesados en discutir cuál literatura es mejor, si la del Valle o la de Antioquia (¿a quién diablos le importará eso?), sino más bien en determinar cuál de los dos es más idiota. Todo se va en descalificaciones personales, sátiras y dardos contra el adversario. De literatura, nada.

Análisis literario, cero. El contexto histórico y social que determinó la formación de la literatura de Isaacs, o la de Carrasquilla (aunque solamente fuera para mostrar que, como cualquiera entiende, cada literatura es producto de condiciones históricas, sociales, políticas y culturales concretas), de eso, ni la sombra. ¿Un poquito, siquiera de argumentación sobre el género literario, la forma, el estilo, las influencias, las innovaciones, lo que cada uno aporta o no aporta a la creación literaria? No, ni pensarlo. ¿Ironías?, Sí, algunas tontísimas, como aquella de comparar la literatura suiza con la inglesa, sin pararse a pensar que son dos historias sociales diversas y que, por otra parte y por eso mismo, unos cuantos suizos se catalogan como franceses como, sin ir más lejos, un tal Jean-Jacques Rousseau, sin cuya influencia ideológica Bolívar no sería Bolívar (hay que relacionar al tal Rousseau con la historia de la aldea local, porque si no, no entienden de quién estoy hablando. Se pronuncia Rusó).

Sus debates, estimados amigos Londoño y Martínez, nada tienen de debates literarios. Si mencionan escritores es solamente en relación con anécdotas interesantes para un cursito venenoso de tercero de primaria, pero no con análisis del texto poético, del discurso narrativo o de las técnicas y niveles literarios. Si citan a otros intelectuales, es solamente para constatar que "ese está resentido porque no lo citan", o "ese otro es un fracasado", etc.

Díganme, francamente: ¿tan degradada está la inteligencia en Colombia que para discutir sobre literatura necesitamos ahora hacerlo en tertulia de paracos intelectuales?

Yo pregunto, simplemente. A ver cuántas injurias vienen con la respuesta.

Carlos Vidales
Estocolmo, Suecia.
http://hem.bredband.net/rivvid/ , http://hem.bredband.net/rivvid/carlos/VIDAL01.HTM#sonetos
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*** A propósito de : “Mi declaración de guerra a Fabio Martínez”
SV: ¡¡¡GUERRA!!! ...
De: Carlos Vidales ( carlos@bredband.net )
Enviado:domingo, 21 de octubre de 2007 09:18:50 p.m.
Para: NTC ( ntcgra@gmail.com )
Claro, por supuesto!
En Colombia sabemos declarar la guerra. Lo que no hemos aprendido es a declarar la PAZ.
Y esa rara especie biológica que se autotitula "intelectuales" es la primera en llamar a las armas en mi país. Por motivos fútiles, personales, prescindibles, pueriles.
Nos queda el consuelo de que, por lo menos, Don Quijote de la Mancha tenía motivos nobles y altruístas para declarar sus guerras:
"En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo; y, así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:
–La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear, porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer; que ésta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra."
Pos eso. Carlos Vidales
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LA GUERRA SEGÚN RABELAIS

Por Carlos Vidales < carlos@bredband.net >
para NTC
fecha 22-oct-2007 14:03

Ahora que se inicia en Colombia una nueva guerra civil (esta vez entre los partidarios de la literatura antioqueña y los defensores de la literatura vallecaucana), es oportuno, me parece, recordar las sabias crónicas de guerra de Monsieur Francois Rabelais (por favor, intelectuales, pronuncien "Rabelé"). Como algunos saben, Don Francois Rabelais fue un clérigo, médico, bebedor y calavera nacido en La Devinière (Francia) en 1494 y muerto en París (también Francia) el 9 de abril de 1553. Estudió medicina en Montpellier donde fue compañero de Nostradamus (a ese sí lo conocen, ¿verdad?) y compañero de tertulias y borracheras del erudito editor Etienne Dolet.

El caso es que Rabelais escribió un libro fenomenalmente divertido y monumental, dividido en varias partes muy grandotas, que contiene los hechos, hazañas, comilonas y peripecias del gigante Gargantúa y su hijo Pantagruel. Puso en esta obra todas las vulgaridades habidas y por haber, envueltas en un humor descarado y desenfadado porque, decía, "lo propio del hombre es reír", y porque entendía que era esa la única manera de lograr que las gentes comunes leyeran su libro, en cuyas entrelíneas puso sabiduría, moral, enseñanzas filosóficas y conocimientos de ciencia natural. "Si no aprendéis, reiréis al menos", dijo en su proemio "A los lectores". Efectivamente, hace ya medio milenio que los lectores de Rabelais se cagan de la risa, aunque entienden muy poco, como es su costumbre.

Pues bien, he aquí que don Francois Rabelais dedicó varios capítulos inolvidables al tema de la guerra. Me limitaré aquí a resumir esa narración, porque reproducirla íntegramente llevaría mucho tiempo y entiendo que vuestras mercedes están impacientes por entrar en combate, ya sea por los antioqueños, ya sea por los vallecaucanos.

El asunto es que los pastores del país de Gargantúa estaban muy entretenidos en la recolección de las uvas cuando acertaron a pasar por el camino los pasteleros de Lerné, cargados de pasteles y bollos que iban a vender a la ciudad. Los pastores, al verlos, les pidieron muy comedidamente que les vendieran unos cuantos bollos, pues tenían hambre y ganas de gozar de las delicias de unos buenos pasteles con uvas maduras, excelente remedio para el estreñimiento hasta el punto de que quien come tales golosinas se caga en los calzones cuando no tiene más intención que la de tirarse un pedo.

Los pasteleros respondieron la amable y alegre petición de los pastores, negándose rotundamente a venderles bollos y pasteles, y llamando a los dichos pastores "ordinarios, zafios, estúpidos, pelirrojos, charlatanes, perdidos, caraduras, desdentados, guaches, atarvanes, holgazanes, golosos, barrigones, pillos, vagabundos, rústicos, babiecas, tontos, parásitos, fatuos, hampones, pastores de mierda y otros epítetos difamatorios e insultantes, a tal punto que parecían intelectuales colombianos debatiendo sobre literatura (Rabelais, Cap. XXV).

De las palabras pronto se pasó a los hechos (digo yo, un poco tontamente, porque las palabras son hechos), y antes de que nadie dijera pío se armó la tremolina, varas y bastones hendieron el aire y los amables pastores propinaron a los pasteleros hijos de perra una paliza fenomenal.

Los pasteleros, de vuelta a Lerné, comparecieron ante su rey, Picrócolo, y le contaron en detalle cómo habían sido agredidos, vejados y vilipendiados, apaleados y escarnecidos por los feroces pastores. Picrócolo montó en cólera ipso facto e incontinenti, hizo publicar por todo el país sus decretos de guerra y movilización general, dispuso sus fuerzas y marchó contra el país de Gargantúa, invadió sus comarcas, insultó a sus gentes, maltrató a los niños, las mujeres y los ancianos, robó sus cosechas y saqueó sus casas. Vuestras mercedes entienden que todo esto era necesario, porque las guerras justas se hacen para impartir justicia (esto y otras cositas, en los Cap. XXVII y siguientes).

Bueno, para no hacer el cuento largo: los capítulos siguientes relatan el desarrollo de la guerra, la derrota del rey Picrócolo después de muchos contratiempos, sufrimientos y viscisitudes, así como la sabiduría y prudencia de Gargantúa y sus consejeros en esta prueba difícil. Luego de larga y cruenta guerra, Gargantúa tuvo el buensentido de aprovechar la ocasión para introducir cambios que hicieron más justa y humana la sociedad de su gente, fundando la Abadía de Thélème, ejemplo de armonía, alegría y buen vivir.

Lo que yo saco en limpio de esto, es más o menos lo siguiente: la guerra es asunto de necios. Los pastores tenían derecho a preguntar si podían comprar pasteles. Los pasteleros tenían derecho a decir que no querían vender sus pasteles, pero no tenían derecho a tratar a los pastores como si fueran contendientes en un debate colombiano sobre literatura. Los pastores tenían derecho a defenderse, pero no tenían derecho a responder las ofensas como si estuvieran participando en un debate colombiano sobre literatura. El rey Picrócolo tenía derecho a reclamar al país de Gargantúa, pero no tenía derecho a iniciar la guerra antes de haber tratado de arreglar el conflicto por la vía diplomática. Gargantúa tenía derecho a defender a su pueblo e hizo muy bien convirtiendo una guerra de imbéciles en una ocasión para sentar las bases de una sociedad más justa.

Solamente una cosa no me quedó clara, y es si los pasteles de Lerné son mejores o peores que las uvas maduras del país de Gargantúa. Esto, naturalmente, puede ser motivo válido para iniciar otra guerra, pero lo dejaremos para otra oportunidad, porque ahora se trata de saber si los vallecaucanos van a exterminar a los antioqueños, o viceversa.

Lean a Rabalais, vuestras mercedes, que la guerra feroz no debe ser impedimento para cagarse de la risa en esta vida.

Pues eso, por ahora.

Carlos Vidales .
Estocolmo, Suecia
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4.-
*** De: Leopoldo de Quevedo y Monroy ( pleniluniocali@gmail.com )
Re: "LITERATURA EN EL VALLE". DEBATE. "Carta a un licenciado iracundo". Por Julio César Londoño.
Enviado: domingo, 21 de octubre de 2007 09:39:47 a.m.
Para: NTC ( ntcgra@gmail.com )
Este debate, creo, ya se cierra con este texto de Vidales, tan comedido pero contundente.
El debate sale de boca de quienes se dicen literatos. Es en esa arena que se debe dar la lucha. Sin necesidad de embarrarla cada vez más diciendo sandeces como que la literatura francesa es más que la suiza, tal vez por el tamaño de la región o por el número de autores. ¿Qué hemos aprendido los intelectuales si no sabemos lo que es el etnocentrismo?
De verdad que la discusión es tan pueblerina, que se trata de saber quien pisó primero la raya o quién escupió más alto. No. Vidales pone punto final para decir que se trata de argumentar -no vociferar, -aprovechando los micrófonos que se brindan- por qué la literatura de Cundinamarca, Bogotá -centro- es más rica o importante que la del Valle o la de Antioquia. ¿Por Silva, por Cordovés Moure, por Calibán, o por quiénes? ¿Por su periodismo, por su poesía, porque muestran su folclor, sus dichos, su sabor? ¿Porque son muchos y buenos los autores? Por su peso, su aporte a la lengua? Hay que hilar muy delgadito cuando se trata de hablar de méritos y deméritos. El respeto al buen nombre, la medida en tratar decentemente al ser humano, es el principio superior de toda literatura y de toda cultura. Ah, además. ¿Se nos está olvidando que no hay culturas superiores ni inferiores y que toda cultura, todo pueblo es respetable?
Con todo respeto,
Leopoldo de Quevedo y Monroy
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*** DE: NTC …
Octubre 22, 2007

A propósito de la PALABRAS: “GUERRA”* y “Mi declaración de guerra a …”*
Qué sonidos! Qué poder!! Qué peligrosas!!! Qué desestimulantes!!!! Qué destructoras!!!!! Qué ruidosas!!!!!! Qué rotos abren y cómo vulneran los lazos de la amistad (familiares)!!!!!!! Qué bien, por otro lado, que "los dirigentes están empezando a entender la importancia de la calidad del manejo del idioma"!!!!!!!! Qué rara tristeza que los “intelectuales” como que lo están empezando a des-entender … !!!!!!!!!
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“Mi declaración de guerra a Fabio Martínez”
Palimpsesto, Blog literario de Julio César Londoño. Actualizado en 2007-10-21 11:53:26
http://www.elpais.com.co/blogs/principal/blog1.php?b=11&n=293
Gaceta Dominical de El País, De octubre 21 de 2007.

---
“…

Los analistas han concentrado sus esfuerzos en el estudio del lenguaje escrito, en la lectura y la escritura, pero no nos dicen nada sobre el lenguaje oral, que es quizá más necesario. Hay que enseñar los secretos de la exposición pública y la gramática de la conversación privada: el manejo del gesto, la mirada, la síntesis, la claridad, el tono, la pausa, la cortesía. Hay que insistir en la importancia de considerar la geometría del auditorio, y en el cultivo de una habilidad lingüística casi olvidada, el arte de saber escuchar.

Todo cuidado que se tenga con el lenguaje es poco. Las palabras son sonidos con poder y, por lo mismo, pueden ser peligrosas. Pueden estimular o destruir; comunicar un mensaje con claridad o distorsionarlo introduciendo ‘ruido’, estática. ¿Cuánto valen las pérdidas por las tergiversaciones que se introducen en las cadenas de mando del mundo empresarial? ¿Cuántas veces una frase torpe ha roto lazos familiares o vulnerado las relaciones entre los países? Por todas estas implicaciones, que van de lo micro a lo macro, del hogar a la geopolítica, los dirigentes están empezando a entender la importancia de la calidad del manejo del idioma, y los países invirtiendo sumas importantes en campañas agresivas tendientes a depurarlo. …”
Tomado de:
Pantallas, texto y oralidad . Por: Julio César Londoño
EL PAIS. Octubre 13 de 2007
http://www.elpais.com.co/historico/oct132007/OPN/opi02.html
---
*** "Yo no sé discutir en palabras muy elegantes", Alvaro Uribe Vélez, Presidente de Colombia.
“…
En el recibimiento a los jueces extranjeros, el presidente Uribe dijo que no sabía 'discutir con palabras elegantes', pero que respetaba la independencia de poderes. Corte Suprema habló de independencia.
….
A las 11:15 a.m. le llegó el turno al presidente Uribe. Aceptó que la visita de los jueces de la Corte Interamericana llega en "un momento de discusiones", pero dijo que "por el respeto a la democracia es preferible una discusión sincera y severa".
"Yo no sé discutir en palabras muy elegantes", aseguró.
…”
http://www.eltiempo.com/tiempoimpreso/edicionimpresa/justicia/2007-10-18/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3770933.html
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*** "DEBATE": LITERATURA EN EL VALLE...
De Andrés Londoño <
juglarebrio@gmail.com >
fecha 25-oct-2007 0:52 asunto "debate": literatura en el valle...

Da vergüenza que un profesor de la escuela le pare bolas a Julio César Londoño como columnista, y que lo haga públicamente, y además, de una manera tan lamentable. En lo personal aprecio a Fabio Martínez, aunque tengo reservas con lo que escribe. Pero el asunto es que como estudiante de la Escuela de Estudios Literarios (UV) me da pesar y pena leer y ver circular estas cosas públicamente, ver a uno de mis profesores "enfaciendo entuertos", como dijo un amigo comentando el tema...

La verdad es que no había querido prestarle atención a estas vainas, pero la última respuesta de Londoño al amargo "debate" ya es la tapa, y pues lo pongo a circular a los compañeros de la U, por si algunos no se han enterado, y pa ver si vamos pensando en que estos "debates" son producto precisamente de un vacío de crítica enorme en la ciudad, vacío que tenemos que llenar precisamente los que estudiamos esta vaina... si no quienes??

En fin, aquí la última perlita acompañada de algunos textos que hablan precisamente de la altura que deben tener las discusiones para ser tales, editadas generosamente por Gabriel Ruiz en su blog
NTC …

Y otra cosita: esto es parroquial, si lo reenvían sean selectivos que las intenciones de esto no son desacreditar a nadie sino invitarlos a pensar el papel nuestro como universidad, escuela de literatura, estudiantes, profesionales, etcétera, dentro del panorama cultural de la ciudad y sus contextos... hace falta un órgano crítico que salga de nuestra escuela y que se dedique a generar opiniones válidas y clasificadas no solo sobre estos temas sino sobre los contextos literarios y culturales que nos afectan, a ver si nos ponemos la camiseta y comenzamos a construirlo.

Bueno gente, espero haberles picado la curiosidad lo suficiente como para que lean y comenten en el blog
http://literaturaenelvalle.blogspot.com/ , de donde extraigo lo que les envío. Saludes.

Johan.
---
*** DE: patricia caycedo de villaveces < pcvillaveces@hotmail.com >
para : NTC < ntcgra@gmail.com >, juglarebrio@gmail.com
fecha 25-oct-2007 12:22
asunto RE: "DEBATE": LITERATURA EN EL VALLE... De: Andrés Londoño, Estudiante de la Escuela de Estudios Literarios UV
De total acuerdo con el estudiante! (aunque yo sí "le paro bolas" a Julio César como columnista y como escritor, pero creo que en este debate con Fabio Martínez se les fueron las luces a ambos! Debería darles pena con los estudiantes! Y dejar de hacer la eterna y malsana comparación entre paisas y vallecaucanos...)
+++
5.-
CALI-GRAFIAS. LA CIUDAD LITERARIA. Antología bilingüe

De Martinez Erazo Hector Fabio < fabiomar@univalle.edu.co >
para ntcgra@gmail.com cc editorial@univalle.edu.co
fecha 01-nov-2007 18:01
asunto CALI-GRAFIAS. LA CIUDAD LITERARIA. Antología bilingue

CALI-GRAFIAS. LA CIUDAD LITERARIA

Los escritores Fabio Martínez, Hernando Urriago y Efer Arocha acaban de concluir la Antología bilingue "Cali-grafías. La ciudad literaria". Esta obra, que es un homenaje literario a la ciudad, será publicada por el Programa Editorial de Univalle http://programaeditorial.univalle.edu.co/index.php en coedición con la revista Vericuetos http://blogs.aol.fr/libiahb/VERICUETOS/ de París, que dirige el escritor Arocha.

Solicitamos a los siguientes escritores enviar su autorización para publicar un texto de su autoría en dicha antología.

La Universidad del Valle, por ser una entidad pública, se exime de pagar derechos de autor: Fernando Cruz Kronfly, Gustavo Alvarez Gardeazábal, MarcoTulio Aguilera, Rodrigo Parra Sandoval, Umberto Valverde, Marco Fidel Chávez, Armando Romero, Jotamario, Carmiña Navia, María Elvira Bonilla, Armando Barona, Cecilia Balcázar, Amparo Romero, Orietta Lozano, Julián Malatesta, Carlos Fajardo, Alejandro López, Hoover Delgado, Norman Muñoz, Omar Ortiz, Angela Rengifo, Angela Tello, Laureano Alba, Alvaro Burgos, José Zuleta, Jean Arb, Oscar Perdomo, Carlos Patiño, Antonio Zibara, Aníbal Arias, Marco Fidel Chávez, Fabio Arias, Sonia Truque, Diego Echeverri, Laureano Alba, Elizabeth Marín, Boris Salazar, Orlando López, Fernando Merino, Harold Kremer, Orlando López, Horacio Benavides, Pilar Quintana, Fernando Calero de la Pava, Germán Cuervo, Raúl Henao, Gerardo Rivera, William Ospina y Jaime García Mafla.

El envío para ceder sus derechos en esta Antología, deben hacerlo a Fabio Martínez: fabiomar@univalle.edu.co























miércoles, 22 de agosto de 2007

LITERATURA EN EL VALLE. DEBATE. No. 3

Archivo
DEBATE No. 1- Iniciación Agosto 8/07
DEBATE No. 2 Agosto 10/07
Debate No. 3 Agosto 21/o7
Debate No. 4 Octubre 20/07
.
"LITERATURA EN EL VALLE". DEBATE. No. 3
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CONTENIDO
1.- El blogger contraataca Nuevo texto de Julio César Londoño en PALIMSESTO su blog literario en EL PAIS. Actualizado en 2007-08-21 10:34:40
2.- ...
3.- Otros textos y comentarios.
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1.- El blogger contraataca
Por Julio César Londoño
EL PAIS, Cali, Blogs. Actualizado en 2007-08-21, 10:34:40
http://www.elpais.com.co/blogs/principal/blog1.php?b=11&n=120
. No le he contestado a Fabio Martínez, licenciado de español de la U. Santiago de Cali, por física depresión. Me deprime ese estilo (llamémoslo así) que consiste en tergiversar las opiniones de sus contradictores, derrochar ese “humor” tan suyo (con sus manidas alusiones al champús y al pandebono) y usar un lenguaje rastrero. Yo creo que este estilo de polémica hay que dejárselo a los congresistas. Usarlo en un artículo de crítica literaria es algo tan fuera de lugar como si en una revista de física cuántica Stephen Hawking le hiciera ataques personales a Roger Penrose.

También me deprime el tema: para refutar al licenciado Martínez tengo que probar que la literatura antioqueña es mejor que la valluna, algo tan obvio como decir que la literatura inglesa es mejor que la suiza. Aún si tomamos nuestros nombres más ilustres (Jorge Isaacs, José Eustaquio Palacios, Mariela del Nilo, Enrique Buenaventura, Fernando Cruz, Gustavo Álvarez, Andrés Caicedo), el equipo resultante no es tan elocuente como el formado por Tomas Carrasquilla, Baldomero Sanín Cano, Fernando González, Fernando Vallejo, León de Greiff, Estanislao Zuleta, Antonio Vélez, Gonzalo Arango, Juan Manuel Roca y Piedad Bonnett.

Arroparse en la bandera del Valle y gritar que tenemos una literatura ilustrísima, no pasa de ser una ternura cándida. O un fundamentalismo miope.

Cuando escribí que El alférez real era un libro importante gracias a sus datos históricos y pese a sus ínfimos méritos literarios, no quería ofender a nadie ni encaramarme en el pedestal de Palacios para buscar un cuarto de hora de celebridad. Simplemente quería poner las cosas en su lugar y evitarles a los jóvenes confusiones inútiles.

Al contrario de lo que les pasa a muchos vallunos, yo nunca he sentido que los antioqueños sean mis enemigos. Cualquiera que escriba bien, antioqueño, costeño o pastuso, tiene de inmediato un lugar en mi corazón y en las yemas de mis dedos. Nunca he podido odiar a alguien que escriba bien. A veces lo he intentado, lo confieso, pero no he podido. Dios sabe que no he podido.

Para vivir, para respirar, sólo necesito buenos libros y me tiene sin cuidado de qué departamento o de qué país vengan. Pero como además de lector soy un crítico, tengo que hacer juicios de valor sobre lo que leo. Los hago con argumentos y con respeto, y espero que sean criticados en la misma forma.

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2.- ...
...
...
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3.- Otros textos y comentarios.
*** Mañana 23 de Agosto comienza en la Capital el evento BOGOTA 39. www.bogota39.com ¿Cuántos y cuáles VALLECAUCANOS ...?

39 escritores menores de 39 años de Latinoamérica se encontrarán con el público bogotano en bibliotecas, universidades y colegios. ¿Edad y Literatura? ¿Lugar de nacimiento y Literatura?


DE Colombia
Antonio García, 35 años.
John Jairo Junieles, 37 años.
Pilar Quintana, 35 años.
Ricardo Silva, 32 años.
Antonio Ungar, 33 años.
Juan Gabriel Vásquez, 34 años.

Tomado de http://www.hayfestival.com/bogota/es-autores.aspx

Allí la relación completa de los 39 y su reseña biográfica.

Reseña de los Clombianos

Tomadas de http://www.hayfestival.com/bogota/es-autores.aspx

Colombia
ANTONIO GARCÍA (Colombia, 35 años)
Estudió literatura y comunicación social en la Universidad Javeriana de Bogotá. Asesor Editorial de la revista Soho, acaba de ganar el premio Iniciativa Artística Rolex para Mentores y Discípulo que le merece trabajar durante un año con el escritor peruano Mario Vargas Llosa. Ha escrito "Su casa es mi casa" y "Recursos humanos".

Colombia
JOHN JAIRO JUNIELES (Colombia, 37 años)
Escritor, periodista, guionista. Estudios de Leyes y Public Affairs, Universidad Externado de Colombia y Columbia University, New York. Cursos de Periodismo en la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano. Ha publicado: Hombres solos en la fila del cine (Novela), Alfabeto del fantasma (Antología), Viajero con pasaje a tierra extraña (Premio Internacional de Poesía Ciudad de Alajuela, Costa Rica, 2005), El temblor del kamikaze (Cuentos), Canciones de un barrio en la frontera (Poesía, Premio Nacional de Literatura Ciudad de Bogota, 2002) y Temeré por mí al final de estas líneas (Prosa poética). Durante siete años fue periodista del Festival Internacional de Cine de Cartagena. Colabora con Espéculo de la U. Complutense de Madrid, Letralia de Venezuela, Librusa de Miami, El Universal y revista Noventaynueve de Cartagena de Indias.

Colombia
PILAR QUINTANA (Colombia, 35 años)
Estudió Comunicación Social en la Universidad Javeriana de Bogotá.Trabajó como libretista de television y creativa de publicidad. En el 2000 renunció a la vida de oficina y viajó por Sudamérica, Estados Unidos, India, Nepal y Australia. En el 2003 regresó a Colombia y publicó "Cosquillas en la Lengua" , su primera novela; acaba de publicar "Colecionistas de polvos raros".

Colombia
RICARDO SILVA (Colombia, 32 años)
Estudió literatura en la Universidad Javeriana e hizo un Master en cine en la Universidad Autónoma de Barcelona. Es el autor de la obra de teatro Podéis ir en paz (1998), el libro de cuentos "Sobre la tela de una araña" (Arango, 1999), la página de Internet de ficción (ideada junto con el fallecido Germán Pardo García-Peña) http://www.ricardosilvaromero.com/ (2002), el poemario "Terranía" (Planeta, 2004), la biografía "Woody Allen: incómodo en el mundo" (Panamericana, 2004) y las novelas "Relato de Navidad en La Gran Vía" (Alfaguara, 2001), "Tic" (Seix Barral, 2003), "Parece que va a llover" (Seix Barral, 2005) y "El hombre de los mil nombres" (Seix Barral, 2006). Es comentarista de cine de Semana y columnista de SoHo. Sus relatos han aparecido en más de veinte antologías editadas en Colombia, México y España. Ha sido colaborador de publicaciones como Arcadia, Gatopardo, El Malpensante, Babelia, Número y Piedepágina.

Colombia
ANTONIO UNGAR (Colombia, 30 años)
Ha vivido en la selva colombiana, Manchester, México DF y Barcelona. Actualmente reside en la ciudad palestina de Jaffa. Ha publicado los libros de relatos "Trece circos comunes" (Norma, 1999) y "De ciertos animales tristes" (Norma, 2000), y las novelas "Zanahorias voladoras" (Alfaguara, 2004) y "Las orejas del lobo" (Ediciones B, 2006), ésta ultima traducida al francés y al alemán. Sus relatos figuran en nueve antologías en castellano y otras en portugués, alemán, italiano e ingles. Escribe crónicas para diversos medios de Italia, España y América Latina.

Colombia
JUAN GABRIEL VÁSQUEZ (Colombia, 34 años)
Autor del libro de relatos "Los amantes de Todos los Santos" (Alfaguara, 2001) y de dos novelas: "Los informants" (Alfaguara, 2004), que recibió elogios unánimes de la crítica y está siendo traducida en Inglaterra, Francia y Holanda, e "Historia secreta de Costaguana" (Alfaguara, 2007), que ha obtenido ya los siguientes comentarios: "Gran novela" (Rafael Conte, Babelia). "Una de las grandes revelaciones de los últimos años" (J.A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia). "Novelas como ésta hacen que uno se sienta orgulloso de este oficio" (Eusebi Lahoz, El Periódico). "Uno de esos placeres que sólo tienen lugar de muy tanto en tanto" (Marcelo Figueras, El Boomeran).
Sus relatos han aparecido antologías de Alemania, Francia, España y Colombia. Entre 1996 y 1998 vivió en París, donde hizo estudios de literatura latinoamericana en la Sorbona, y a finales de 1999, después de un año en las Ardenas belgas, se instaló definitivamente en Barcelona. Ha traducido obras de John Hersey, Victor Hugo y E.M. Forster, entre otros, y sus artículos aparecen regularmente en publicaciones españolas y latinoamericanas.

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Otra información, textos y detalles del evento:

*** http://www.hayfestival.com/bogota/default.aspx , www.bogota39.com webs oficiales del evento

***
http://www.elespectador.com/elespectador/Secciones/Detalles.aspx?idNoticia=13920&idSeccion=40

*** ARCADIA impresa No. 23 de Agosto 2007. Pronto en internet: http://www.semana.com/
La revista Arcadia, en su edición 23 de Agosto 2007 que circula hoy, ha preparado un especial dedicado a Bogotá39. La destacada crítica literaria y editora Margarita Valencia les pasa revista a 35 de los 39 escritores invitados en un texto de nueve páginas que partió de la lectura de todos los autores y en el que hace un balance de la literatura latinoamericana reciente. Además, el crítico y periodista brasileño Miguel Conde escribió un texto sobre los cuatro escritores invitados de ese país. http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=105654

***
http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=105652


viernes, 10 de agosto de 2007

LITERATURA EN EL VALLE. DEBATE. No. 2

Archivo
DEBATE No. 2 Agosto 10/07
Debate No. 3 Agosto 21/07
Debate No. 4 Octubre 20/07
.
"LITERATURA EN EL VALLE". DEBATE. No. 2
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NTC …
Nos Topamos Con ...
http://ntcblog.blogspot.com/

CONTENIDO
1.- El licenciado contra el blogguer. Texto de Julio César Londoño en PALIMSESTO su nuevo blog literario en EL PAIS. Agosto 8, 2007
2.- NO EXISTE LA LITERATURA VALLECAUCANA. Por Harold Alvarado Tenorio. Ag. 10/07
3.- Otros textos y comentarios.
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Palimsesto
El blog literario
(En la web http://www.elpais.com.co/paisonline/ de EL PAIS de Cali*.)
El licenciado contra el blogguer
Por Julio César Londoño
Actualizado en 2007-08-09 00:31:59
http://www.elpais.com.co/blogs/principal/blog1.php?b=11&n=71


Hace unos días publiqué en Gaceta un artículo sobre la literatura del Valle del Cauca titulado Una literatura en tono menor. Estaba formado por un ensayo (1) general sobre el tema y cinco recuadros sobre algunos de los autores más famosos de nuestras letras: Jorge Isaacs, José Eustaquio Palacios (2) , Enrique Buenaventura, Jotamario Arbeláez, Horacio Benavides y Harold Alvarado Tenorio.
Al final del ensayo estampé una afirmación que desató la ira del licenciado Fabio Martínez, profesor de la Universidad del Valle. Aunque no era una gran primicia, al profesor lo ofendió en el alma que yo repitiera una vieja verdad: que nuestra literatura es inferior a la antioqueña y a la bogotana, y escribió un airado artículo en la Gaceta del domingo pasado. El caso está adquiriendo proporciones de tormenta tropical y varios intelectuales, entre los que se cuentan Jotamario, Gardeazábal y NTC , un blog cultural a cargo de Gabriel Ruiz, se han pronunciado.
Aunque yo hubiera preferido una crítica con más altura que la exhibida en el artículo del licenciado Martínez, tengo que reconocer que es todo un avance ser criticado en un país donde los libros y los artículos se publican sin pena ni gloria, es decir, sin recibir el escarnio de las rechiflas ni las caricias de los claros clarines.
---
* http://www.elpais.com.co/historico/ago092007/VIVIR/even01.html Aquí EL PAIS anuncia su nueva presentacion y los blogs.
NoTiCas de NTC ... :
(1) En este link no aparecen los recuadros. En
NTC … 270 se publicaron y se reproducen en DEBATE No. 1- Iniciación de este blog. (2) Este escritor no aparece en la versión impresa de GACETA.
+++
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2.- NO EXISTE LA LITERATURA VALLECAUCANA
Por Harold Alvarado Tenorio . arquitrave.1@gmail.com
Bogotá, Agosto 10, 2.007. Agradecemos al autor el envío del texto.


Hace unas semanas, uno de los escritores más sagaces e inteligentes que conozco, quien vive, como merecen los sabios, alejado de las grandes ciudades y decidió, desde hace muchos de sus ya cortos años, recluirse en la casa de un pueblo para leer y escribir, -- hablo por supuesto del narrador y cronista Julio César Londoño --, natural de Palmira, aldea de gente chismosa por causa de la porfiada continuidad del bocio en sus gargantas, decidió publicar en un periódico local [Gaceta El País, Cali, No 867 de julio 1 de 2007, Ver: DEBATE No. 1- Iniciación ] un resumen [ "Literatura en tono menor" ] que había preparado para una enciclopedia provincial y que fuera rechazado quizás porque no gritaba a voz en cuello que los naturales de allí fuesen los mejores escritores del mundo y entre líneas indicaba que esa literatura era muy pobre, comparada, por no dejar, con la producida en las originarias regiones de los Estados Unidos de Colombia o durante la Colonización Antioqueña, la República Liberal o el Frente Nacional. El artículo, que no otra cosa es, tiene apenas 9000 caracteres para revisar, así sea de paso, más de ciento cincuenta años de literatura, pero tampoco excusa a su autor de ciertas perversidades y guiños malévolos al hacer el balance de su literatura territorial. Según Londoño, en todos esos años sólo merecen mencionarse unos 16 autores

[ Alejandro López, Andrés Caicedo, Antonio Llanos, Carlos Villafañe, Enrique Buenaventura, Eustaquio Palacios, Harold Alvarado Tenorio, Hernando Urriago, Hoover Delgado, Horacio Benavides, Jorge Isaacs, Jotamario Arbeláez, Néstor Fabián Ruiz, Octavio Gamboa, Pepe Zuleta y Ricardo Nieto ], todos testiculados, y ninguna fémina o ninguno otro varón o ser que aparente serlo.

Y es por esta perfidia que el Profesor de La Sorbona local, Fabio Martínez, decidió, al no verse mencionado, ni a sí mismo ni a sus amigos y benefactores en la reducida lista de Londoño, darle una pela (Ver: DEBATE No. 1- Iniciación ) que por poco deja en paños menores a Julio César. Según Martínez, Londoño no tiene derecho a despachar en seis párrafos una literatura tan dilatada en el tiempo como la vallecaucana. Ni en aras de la brevedad, decir tantos exabruptos, como que esa literatura comienza y termina con Jorge Isaacs, que las literaturas antioqueña y bogotana son superiores a aquella, que el talento literario vallecaucano por kilometro cuadrado es poco, que en cuanto a densidad poética, el Valle registra baja frente al resto del país, es decir “que para usted del río la Vieja hasta el río Desbaratado la literatura es mala, pero de allí para arriba o más abajo, sí vale." Y entonces deja caer su lista de autores

[ Alberto Dow, Alfredo Vanín, Arturo Alape, Carlos Arturo Truque, Carmiña Navia, Elvira Alejandra Quintero, Enrique Cabezas, Eugenio Barney, Fernando Cruz Kronfly, Gustavo Álvarez Gardeazábal, Helcías Martán Góngora, Jotamario, Medardo Arias, Orienta Lozano, Óscar Collazos, Umberto Valverde ], otros 16.
Como puede notarse a esta altura de la comparecencia, cada cual tiene sus gustos y en materia de gustos no hay disgustos. Y me importaría un bledo si no fuese porque varios de mis amigos de la antigua Ciudad Rodríguez Orejuela me han conminado a opinar sobre el asunto.

Creo, para entrar en materia, que los dos se han equivocado de principio porque uno no puede creer que en nuestra lengua puedan darse las literaturas regionales o locales impunemente, como si se tratase de una cultura recientemente colonial o sin tradiciones. La literatura que se produce en esa región que los protagonistas llaman vallecaucana usa del español, lengua milenaria que hace ya más de cien años vive merced no a sus orígenes peninsulares sino al vigor que le hemos dado los americanos, del Caribe, del Sur y de Norte del continente y que hoy depende en exclusivo de nuestros destinos y vaivenes. La lengua y las literaturas que hoy hablamos y escribimos tienen mucho que ver con las lenguas y literaturas que usaron e inventaron tanto Borges, como Machado de Asis y Guimaraes Rosa, como García Márquez, Neruda y De Greiff, como los poetas catalanes Gil de Biedma y Barral o el valenciano Brines, el antioqueño Jaime Jaramillo Escobar o el nariñense Aurelio Arturo y casi nada con las pobrezas sintácticas y prosódicas de varios de los enumerados en las dos listas de los contrincantes., porque en el caso de Londoño casi todos son novísimos y poco daño o beneficio habrán podido hacer a la lengua hablada y menos escrita y en la del segundo hay autores homologables en contribuciones a los maestros, sin que, con la excepción de uno, de quien luego hablaré, pueda brillar con estrella propia.

Es provinciano y por ende anacrónico soñar y más creer que pueda existir una literatura a partir del mero lugar de donde uno vive y ejerce ciertos poderes. Ni Londoño ni Martinez tienen razón porque la Literatura Vallecaucana sólo existe en sus deseos, en su Whisful Thinking [ the formation of beliefs and making decisions according to what might be pleasing to imagine instead of by appealing to evidence or rationality ]. De la misma manera como la Literatura Colombiana es una comodidad para hacer estudios y disertaciones académicas. Lo que existe son las literaturas escritas en español, en sus diversas variantes y coloridos y momentos, pero si aceptásemos tal existencia terminaríamos hablando de la novela de Sonso y la lírica de Yotoco y la dramaturgia de Caloto y por supuesto de la Crítica Literaria del Barrio San Antonio, de donde debe ser el profesor Martínez.

Ahora, si aceptamos que la literatura vallecaucana no tiene existencia real sino en las mentes de quienes necesitan de su existencia, sea para publicar una nota en La Gaceta de El País o una enciclopedia o para justificar una horrenda colección de libros de “versos” que sacan a la luz cada mes en la Universidad del Valle y ya lleva a más de cien poetas “vallecaucanos” en letra de molde, o hacerse elegir Decano de las Letras Vallecaucanas, de la Salsa o Jefe del Departamento del Guaguancó y le publiquen a uno en Norma cualquier cosa por el mero hecho de vivir en el Reino de Pablo Catatumbo, habría que decir que en verdad son muy pocos, de esos 32 autores que mencionan los incumbentes, los que pasaran a la historia.

Y ahora meto yo mi cucharada.Nadie pondrá en duda que Jorge Isaacs y su novela María son inmortales. Nadie como él inventó en español los sentimientos de amor sensual, filial y paternalista del siglo XIX. Nadie como él ha descrito la naturaleza como el alma de los sentimientos de sus protagonistas y nos regaló para siempre a todos los que nacimos y nacerán en estas regiones del planeta esos recuerdos de los pueblos que cuelgan de azules montañas, o las planicies salpicadas de ceibas gigantescas, las soledades de la luna en las noches de la inmensa llanura que es nuestro Valle, las bandadas de loros y de garzas y la dolorosa y amorosa existencia de los negros en nuestras vidas, de esos negros que como en la novela y en la vida de muchos nosotros son la cultura misma. Isaacs es nuestro padre pero también lo ha sido de muchos otros en muchas otras partes y lugares del mundo.


Pero esta intervención mía no tendría mérito si no menciono y hago justicia a un contemporáneo, postergado y humillado, casi tanto como lo fuera Isaacs y que ahora quieren ignorar diciendo toda clase de tonterías sobre sus actuaciones y desconociendo su obra literaria y su importancia.

Porque Gustavo Álvarez Gardeazábal, más allá de su personalidad impertinente, como la mía propia, es uno de los grandes escritores de nuestra lengua e ignorar, al menos dos de sus obras, como contribución a la belleza de nuestra lengua y la comprensión de nuestra ánima es una muy grande injusticia.

Como se sabe Álvarez Gardeazábal escribió más de media docena de libros antes que aspirara a ser presidente de la república y le llevaran por ello a la cárcel de la manera más cruel e injusta en esta república de bandidos. Y aun cuando ahora digan que fue una película – que por cierto no le llega, sin ser mala, a los talones a sus libros — la que le dará la gloria, me permito disentir y decir que
Cóndores no se entierran todos los días, su novela sobre la violencia de los años cincuentas, es una de sus grandes invenciones. Escrita en Pasto en 1972, el tono con el cual nos va contando la historia de ese católico y asesino, que mediante un ascenso de vértigo controla la vida y bienes de sus vecinos, mientras siembra un terror latifundista en varias leguas a la redonda, surge precisamente de esa manera tan típicamente local del cotilleo vallecaucano, digno de Londoño y Martínez, del cual hizo Álvarez Gardeazábal una prosodia memorable. Porque es el chisme, con su sospechosa conjetura de que será posible identificar y saber la «verdadera historia» de unos hechos, lo que hace que esta novela pase a la historia y haga parte de nuestra alma.Y aquí me detengo, porque me extendería si hablase también de otra de sus obras maestras, El bazar de los idiotas, que tiene que ver precisamente con El Milagroso de mi pueblo, y que sin duda, como sucede con tantas cosas, espera aún su hora.

El Valle del Cauca es una de las regiones más bellas del planeta, y sus gentes han sido víctimas primero de los ricos latifundistas que retrató Isaacs y luego de los criminales que aparecen en Cóndores no entierran todos los días y sus descendientes los Rodríguez Orejuela y los Catatumbos de hoy. Pero que llevemos en nuestra alma esos recuerdos del paisaje y el dolor no nos autoriza ni justifica para ir por el mundo local diciendo que nuestras literaturas tienen departamentos, municipios y veredas, donde podemos reinar a nuestro amaño. La patria es la lengua y mi patria, mi Valle del Cauca, reside todavía en este soneto de Rogerio Tenorio que aprendí de niño y que me conmueve cada vez que pienso en el dolor de todos los que nacimos en un sitio de tanta belleza pero de tanta maldad.


Patria de mi canción

Patria de mi canción, corazón mío,
medidor de mi angustia y desconsuelo;
lámpara en la penumbra del desvelo,
principio y fin de todo desvarío.

Cauce sangriento que contiene un río
que ignora dónde va; ángel sin cielo,
ave sin árbol; corazón, tu anhelo,
es todo tu principio y tu desvío.

Timonel sin timón, mañana oscura,
caracol en el mar de la amargura,
estás cansado sin haber vivido.

¡Corazón! ¡Corazón! Ala sin ave,
te dormirás sin descifrar la clave
de la desigualdad de tu latido.

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Harold Alvarado Tenorio . Doctor en Filosofía y LetrasUniversidad Complutense de Madrid. Profesor TitularCátedra de Literaturas de América LatinaUniversidad Nacional de Colombia. Premio Arcipreste de Hita. Premio Simón Bolívar. Arquitrave, revista de poesía Director http://www.haroldalvaradotenorio.com/
h.alvarado@cable.net.co
http://www.arquitrave.com/Carrera 13 # 27-98 Torre B/1504 Edificio Bavaria Centro InternacionalTEL 313 8543102 y (0057)(1) 334 8830 Bogotá. D.C.
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3. Otros textos y comentarios:

*** de Ana Milena Puerta < anamilenapuerta@hotmail.com >
para ntcgra@gmail.com, h.alvarado@cable.net.co
fecha 11-ago-2007 6:05
asunto RE: Fwd: No existe la literatura vallecaucana
De acuerdo con el poeta Alvarado Tenorio. La patria es la lengua, como él mismo lo dice en un hermoso poema. La literatura no tiene geografías separatistas, la patria literaria no es un mapa dividido en territorios.
Las discusiones sobre la literatura regional no pueden ser meros desacuerdos entre quienes sí y quienes no, a discreción de los que opinan sobre el asunto. Dejad al tiempo hacer su tarea.
Ana Milena Puerta.

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*** De:
para ntcgra@gmail.com
Fecha: 11-ago-2007 7:12
asunto: LITERATURA EN EL VALLE. DEBATE
Señores NTC :
Es mejor no meterse en debates mal planteados, en los cuales lo que está en juego no es el pensamiento y la confrontación de unas ideas, sino la vanidad. Lamento que estemos ante un espectáculo de vanidad tan pobre, donde es más importante herir que aportar al tema.
El tema mismo se volvió un pretexto para que los pavos agiten sus colas.
Mucha esponja y poco seso.
Gracias por su reiterada invitación, pero me mantendré al margen. Atte.,